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Dame mi aguinaldo

Al comenzar noviembre, la inflación acumulada en Venezuela ya pasaba del 536%, la cifra más alta en la historia del país. Como ha sido costumbre, el régimen continúa culpando a la “guerra económica” y hasta a los pocos empresarios privados que quedan en el país, y por supuesto, a “la oposición apátrida.”

Por Jorge M. González

El Aguinaldo es un género muy particular de música folclórica venezolana exclusivo de las fiestas navideñas. Igualmente, es común escucharlo en otros países latinoamericanos. Pudiéramos decir que los aguinaldos son el producto final de la evolución del villancico español el cual se transformó y tomó nuevo aspecto en el nuevo mundo. Como el villancico, su origen está relacionado con las festividades, principalmente católicas, para celebrar el nacimiento del niño Jesús.
Pero en Venezuela también existen otros “aguinaldos” que aunque “aparecen” en Diciembre, tienen un origen más “terrenal.” El carnicero, el panadero, el taxista, el dueño de la bodega, el muchacho que te llena las bolsas en el mercado, el que recoge la basura de tu casa o edificio y cualquier persona cuya actividad tenga algún tipo de relación con tu vida o tu agenda diaria, te hará llegar una nota o te mostrará un contenedor o alcancía con forma de “cochinito” pidiéndote un aguinaldo unos días antes del día de Navidad y hasta que llegue el nuevo año. Realmente no tenemos mayor idea de cuando apareció ese “cochinito” por vez primera, lo cierto es que ha evolucionado el concepto de tal manera que cada negocio incorporará el suyo apenas comience Diciembre. Los visitantes tendrán oportunidad de “agradecer servicios prestados” cada vez que pasen a visitar al establecimiento. Los respectivos cochinitos serán colocados en lugar muy visible, estarán adornados con atuendos diversos y serán marcados con frases alusivas: “Dame mi aguinaldo”, “No te olvides del cochino”. Así, el visitante no podrá eludirlos.

Ese “aguinaldo,” en general, no es más que un extra monetario, o dependiendo de la confianza, puede llegar a ser un presente más significativo: una botella de ponche crema, o un pan de jamón, o una torta navideña, o cualquier otra cosa que pueda representar el aprecio y los buenos deseos hacia quien recibirá tal regalo. Con seguridad, varios de tus conocidos, empresas con las que te has relacionado durante el año, etc. te incluirán en su lista de personas a quienes se les enviará el decembrino obsequio.

Al comenzar noviembre, la inflación acumulada en Venezuela ya pasaba del 536%, la cifra más alta en la historia del país. Como ha sido costumbre, el régimen continúa culpando a la “guerra económica” y hasta a los pocos empresarios privados que quedan en el país, y por supuesto, a “la oposición apátrida.” (¡Debemos acotar, sin embargo, que no cabe duda que hoy la oposición “organizada” está bastante desprestigiada!). Lo cierto es que el “modelo económico” aplicado por el régimen, el cual ha devenido en absoluto desastre después de más de 18 años de malas prácticas gubernamentales “ha llevado a que las familias destinen más del 80% de sus ingresos para comprar alimentos.” Esto, en un país donde “el salario mínimo no alcanza para comprarlos.”

Por los vientos que soplan, finalizando este 2017, dudo que mis coterráneos quieran escuchar aguinaldos. Más triste aún, los aguinaldos “monetarios o en especies” que antes fueron tan populares brillarán por su ausencia. Los “cochinitos” estarán vacíos.

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