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Vacaciones en la biblioteca

Vacaciones en la biblioteca. Tiempo de diversión y descubrimiento.

Por Oriana Ruvalcaba

Si alguien te invita de vacaciones a la biblioteca puedes pensar que está bromeando, sin embargo, te sorprenderá descubrir las múltiples opciones que estos espacios ofrecen para pasarte un verano divertido.

Definitivamente verano es sinónimo de diversión, algunas personas pueden salir de viaje pero también se puede optar por un viaje de la imaginación, que no sólo puede ser a través de los libros, que son puertas hacia otros mundos, otros tiempos y otras vidas, que te brindan la incomparable experiencia –si son de ficción-, de vivir innumerables aventuras, dependiendo del género que sea tu favorito, también puedes viajar presenciando ciclos de películas de algún personaje o un tema que te apasionen.

El verano en la biblioteca también te brinda la oportunidad de descubrir tu vocación de escritor. Todos tenemos por lo menos una historia que contar, como dice la escritora española Rosa Montero, nuestra mente es un run run de ideas, todo el tiempo estamos narrando historias y en este tiempo entre cursos escolares, en el que generalmente tenemos más libertad de programar nuevas actividades en nuestras vidas, bien podemos dedicarle un tiempo a explorar nuestra vena de escritores.

Algunas bibliotecas públicas en éste país tienen talleres de escritura, sobre todo en verano, si has hecho algunas anotaciones acerca de las historias que deseas contar, puedes comenzar a “dejar volar la pluma”, como decían los clásicos, o, usando más un lenguaje moderno en tiempos en que la tecnología nos sorprende diariamente con sus avances, puedes dejar volar los dedos en tu computadora y compartir esas primeras ideas con otros escritores en ciernes, que son tus compañeros de taller.

Ahora que, también puedes optar por la creación individual y asignar un tiempo en la biblioteca para dar rienda suelta a tus ideas, si no deseas compartir tu proceso creativo con otras personas, lo importante es liberes tu imaginación.

Además de esa posibilidad creativa, está también el Programa de Lecturas de Verano, que cada biblioteca bautiza con el nombre que le parece más atractivo, pero que motiva a todos a leer más y a pasar un tiempo de esparcimiento y disfrute, para todos aquellos niños y jóvenes que gustan de los libros.

Además de “vestirse de verano”, es decir, adornarse y adecuar su espacio fìsico para recibir a los vacacionistas, con efigies de los personajes más populares de los éxitos editoriales del momento como Harry Potter, -cuya historias han vuelto a cobrar un enorme interés con la publicación de un libro reciente de su autora-, Arthur, Madelaine o Curious George por ejemplo, cada biblioteca ofrece un pequeño obsequio a quienes completan la meta de lectura que ellos mismos se propusieron, pueden ser camisetas, colecciones de calcomanías, lápices de colores o crayolas, libros de actividades o separadores.

El concepto de biblioteca se está transformando aceleradamente, adecuándose a las necesidades de los usuarios que acuden a sus sedes en busca de información, además del clásico acervo de libros impresos y en audio, se están transformando cada vez más en centros culturales, adecuando su oferta a las necesidades de la vida moderna y utilizando los avances de la tecnología.

La biblioteca siempre tiene algo interesante para ofrecer a sus visitantes y en verano más, ninguna generación se queda fuera de la diversión, se programan actividades pensadas desde para niños hasta los abuelitos, pasando desde luego por los papás y hasta para los adolescentes y adultos jóvenes, quienes son generalmente, el público más difícil de complacer.

Promover la lectura en vacaciones ayuda a evitar lo que se conoce como “cerebro vacío”. Que es el olvido del conocimiento adquirido durante el año escolar. Los bibliotecarios ponen a disposición de los usuarios varias listas de sugerencias de libros en un rango que abarca desde bebés, hasta adultos mayores. Si tienes interés por un tema en especial, ellos están dispuestos a orientarte mejor.

Algunas bibliotecas ofrecen lo que se conoce como “Una noche entre libros”, los niños van con sus papás en la tarde, ataviados con sus pijamas y sus bolsas de dormir, toman una cena ligera de pizza con refrescos, leche o galletas, eligen algunos libros y practicamente acampan para leer hasta tarde en compañía de sus amigos y bajo la supervisión de un adulto –al menos- que se haga cargo de su cuidado, desayunan por la mañana y se van a casa con varios libros que leerán en casa para devolverlos después, siempre en un ambiente seguro y protegido.

Además de ese viaje de la imaginación a través de las historias en se adentren, los lectores pueden disfrutar durante el día de muchas otras actividades como clubes de discusión de libros, pintura en diferentes técnicas (óleo, pastel, acuarela), realizar manualidades con una gran variedad de materiales, está muy en voga utilizar papel y plástico reciclado para realizar objetos que sean de ornato y que también tengan una utilidad práctica.

Para quienes se sienten motivados por algo más que libros, están los cursos especiales acerca de cómo navegar en la red, diseño básico por computadora, cómo mejorar tus habilidades para la investigación, o cómo manejar programas como exel o word, todo ello asesorado por expertos.

La oferta de las bibliotecas es variada, se pueden encontrar también cursos de entrenamiento para cuidar niños, si deseas trabajar profesionalmente en ese campo; o clases para aprender a leerle a bebés y a niños pequeños, en las que se fomenta la estimulación pequeña en los infantes. Algunos de estos centros culturales también ofrecen cursos de primeros auxilios; todo éste conocimiento es muy útil como base para iniciar una nueva carrera o si planeas trabajar los fines de semana o parte del verano.

Y por supuesto, si hay opciones interesantes para los nietos, las debe haber para los abuelos, quienes en muchas ocasiones acompañan a los pequeños a éste centro cultural en que se ha transformado la biblioteca pública, para ellos hay clubes de lectura, de tejido, o hasta de golf o boliche, que se juegan en forma virtual con una consola y pantalla de video.

Por las tardes y en fines de semana, si quieres salvarte de calor sofocante que prevalence en esta temporada en la mayoría de las ciudades del país, la opción disfrutar de los conciertos en la comodidad de los auditorios con clima artificial, algunas bibliotecas programan serenatas de flauta o de piano, representaciones de ópera china, conciertos de rock y algunas tardes de fogata y malvaviscos en la explanada del edificio, las opciones son infinitas, sólo tú sabes que es lo que más te gusta, así no esperes más, si quieres pasar un verano divertido ¡acércate a tu biblioteca en estas vacaciones!

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