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El Papa, Dios y los Latinos

Por Constanza Soria

La reciente visita del Papa Francisco a Washington, Nueva York y Philadelphia puso los reflectores en los católicos que radican en Estados Unidos.

Siendo un país eminentemente protestante, en la actualidad Estados Unidos es el cuarto país con más católicos en el mundo, no obstante que las relaciones de éste con el Estado Vaticano se establecieron oficialmente en 1984.

La presencia del Papa Francisco es un hecho sin precedente tanto para los católicos de éste país, en su mayoría inmigrantes latinos o descendientes de éstos, así como para las figuras políticas importantes, de hecho, entre los encuentros importantes del pontífice se incluyó desde luego el recibimiento y posterior conversación con el presidente Barack Obama.

Según datos del Pew Hispanic Center “los hispanos constituyen más del 35% de todos los católicos en Estados Unidos y están presentes prácticamente en todas las diócesis en Estados Unidos”, algunos son inmigrantes de nueva generación o hijos de ellos.

Las estadísticas de dicho centro de investigaciones indican que más del 20% de todas las parroquias católicas en Estados Unidos tienen ministerio hispano o latino y que más del 80% de todas las arquidiócesis tienen personal diocesano que coordina el ministerio hispano o latino.

Hasta hace poco más de medio siglo la religión católica no tenía muchos adeptos en este país, se consideraba que era la fe de los inmigrantes irlandeses, italianos y mexicanos que llegaban a Estados Unidos huyendo del hambre de sus países, para la población protestante y los fieles de otras religiones, los católicos eran personas que se concentraban en el Sur del país, donde el Ku Klux Klan amenazaba a sus miembros, y que solo podía ejercerse con libertad en estados como Pennsylvania o Maryland, que significa literalmente ‘la Tierra de María’.

Se dieron casos de estados en la Unión Americana en los que decretó una “religión oficial” como en Massachusetts, en donde hasta 1833 sólo se podía profesar el calvinismo y se prohibía a los católicos ejercer cargos públicos.

Decíamos que hoy en día Estados Unidos es el cuarto país con más católicos del mundo, después de México, Brasil y Filipinas. Más de 100 millones de estadounidenses -un tercio de la población del país- están bautizados.

Esto se debe en gran parte a la migración, desde 1960, los latinos han contribuido con el 71 por ciento al crecimiento de la Iglesia Católica en Estados Unidos y más del 50 por ciento de todos los católicos en Estados Unidos menores de 25 años son de ascendencia Latina.

Según las cifras del Pew Hispanic Center, hasta el día de hoy 45 obispos latinos han sido ordenados en Estados Unidos, 28 de los cuales están en activos y constituyen el 9 por ciento de los obispos católicos en Estados Unidos.

En los últimos años, el 15 por ciento de los nuevos sacerdotes ordenados en Estados Unidos ha sido de ascendencia Latina, dado que en las familias de los países de habla hispana y con una fuerte tradición católica se considera seriamente la vocación religiosa y dedicar la vida al sacerdocio.

Dos terceras partes de los latinos que viven en Estados Unidos se consideran católicos, aunque dados los casos de curas pederastas que sacudieron a la Iglesia Católica en años recientes algunos fieles optaron por seguir otras religiones.

Después de su llegada a Estados Unidos y ser recibido por el presidente Barack Obama, con quien conversó durante unos minutos en privado, el Papa Francisco ofreció su primer discurso en ante el Congreso, -evento sin precedente en Washington, dado que es el primer jefe de la Iglesia Católica en estar en esa tribuna-, enfatizando en que éste país debe rechazar la hostilidad hacia los migrantes y tratarlos de manera humana, abordando directamente tema que está en la atención de la sociedad y que se ha convertido en el centro del debate en la campaña presidencial para las elecciones de 2016.

En su mensaje a legisladores y otros dignatarios presentes en la Cámara de Representantes, el Pontífice dijo que Estados Unidos no debería verse desalentado por la cantidad de migrantes que están tratando de convertir el país en su hogar y trabajan fuertemente día a día para lograrlo.

Atajando las posiciones más radicales y recordando que Estados Unidos es un país construido por inmigrantes, afirmó que no hay que dejarse impresionar por los números “sino verlos como personas, viendo sus rostros y escuchando sus historias, tratando de responder de la mayor manera posible a su situación…. y responder de una manera que sea siempre humana, justa y fraternal”.

Frente a un foro en el que el ala republicana tiene mayoría el Papa Francisco conmino a la sociedad en su conjunto y a los presentes como líderes políticos, a recordar que “construir una nación nos llama a reconocer que debemos relacionarnos constantemente con otros, rechazando una actitud hostil. “Cuidémonos de una tentación contemporánea: descartar todo lo que moleste”.

No hay que soslayar que también acudieron a recibir al pontífice la alcaldesa de Washington, Muriel Browser; el gobernador de Maryland, Larry Hogan; y el gobernador de Virginia, Terry McAuliffe.

El Papa Francisco en la Asamblea de las Naciones Unidas.

La siguiente escala en la visita del Papa Francisco fue Nueva York, ciudad en la que lo recibieron el gobernador del estado Andrew Cuomo y el alcalde Bill de Blasio, acompañados de otros dignatarios.

En esta ciudad las fuerzas policiacas y de seguridad tuvieron que hacer un operativo sin precedentes para salvaguardar la seguridad del Pontífice así como la del Presidente Barack Obama y la de varias decenas de presidentes y primeros ministros de otras naciones, convocados a participar en el encuentro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Desde semanas antes comenzaron los trabajos de seguridad que en esta ocasión representó un triple reto.

John Miller, el Comisionado Adjunto de Inteligencia y Contraterrorismo del Departamento de Policía de Nueva York, afirmó que el viaje del Papa Francisco los enfrentaba a la operación de seguridad más grande que haya tenido la ciudad.

“Esta es la mayor y más complicada empresa de seguridad en la historia de la policía de Nueva York”, dijo Miller, se espera que el presidente Obama pase por la ciudad durante la visita del Papa, mientras que la Asamblea General de la ONU se reúne con 170 líderes mundiales.

Miller detalló que policía de Nueva York se preparó para el desafío con lo que denominó como un enfoque por capas que utilizó oficiales vestidos de civil y una amplia red de cámaras “para mantener a todos a salvo”, la mayor preocupación era la proclividad de Francisco a convivir y saludar de cerca a sus fieles, saliendo del vehículo protector.

Al terminar los eventos que mantuvieron a la ciudad en un ritmo aún más frenético que de costumbre no se reportaron incidentes en el ámbito de seguridad, y el Papa asistió a la ONU, se encontró con feligreses que lo esperaban emocionados en Central Park y ofició una misa en el Madison Square Garden, a la que se asistió solo con invitación.

Rosalinda De Luca, es de origen costarricense y se casó hace 23 años con un italiano que fue a estudiar un posgrado a su país, hoy en día vive en Westchester y tiene dos hijas y un hijo, y abraza la religión católica con enorme fervor.

Todos los domingos Rosalinda, su esposo y sus hijos van a misa, y esta muy orgullosa de que su hijo fue monaguillo hasta que su estatura se lo permitió, “Francesco se sintió incómodo de ayudar al padre durante la misa cuando estuvo más alto que él” nos comparte sonriendo afablemente.

La señora De Luca es una católica muy activa, y profesa las enseñanzas de su iglesia todos los días al pie de la letra, está convencida de que “si se les inculca a los niños y jóvenes el amor a Dios, adquirirán de forma natural valores que los hagan buenas personas, los alejen de los vicios y los lleven por el buen camino”.

Desde luego la visita del Papa Francisco a Nueva York le alegró mucho y considera que decidió venir a éste país antes que a otros en donde hay mayor número de católicos porque “aquí es en donde se necesita más su presencia para evitar que más personas deserten y opten por pertenecer a otras Iglesias, sectas o incluso que se vuelvan ateos”.

Desde luego predicar el amor a Dios es tarea de todos los católicos en todas partes –agrega Rosalinda, quien imparte clases de catecismo en inglés y en española todos los domingos en su iglesia-, pero siempre es bueno que una persona de la estatura política del Papa venga a encontrarse con otras personas que también se preocupan por lograr mejores condiciones de vida para todos como el Presidente Obama, o dar un mensaje en un foro tan importante como la ONU, y qué decir de que fue a donde estuvieron las Torres Gemelas y fueron los ataques del 11 de septiembre y se encontró con ministros de otros cultos”.

De la misma manera de que a Rosalinda, el pontífice cautivó a sus feligreses en Nueva York y captó la atención del mundo con su discurso ante el pleno de las Naciones Unidas, en el que incluyó el tema de la “importancia de la diversidad” y enfatizó en ideas que están en el inconsciente colectivo de los inmigrantes, “vivimos en un momento en el encuentro de las lenguas, razas y culturas es más intensa que nunca. Los medios de comunicación, especialmente Internet, los viajes, la inmigración, y una economía cada vez más globalizada están trayendo a cada vez más gente; la experiencia de la diversidad, característica de nuestros tiempos y trae serios desafíos y grandes oportunidades. La diversidad es un hecho, una realidad creciente, en los Estados Unidos y en prácticamente todas las áreas del mundo”.

Se proyecta que para el año 2050 la población latina superará los 132.8 millones, con la tendencia lógica de que se incremente el número de fieles católicos en la misma proporción, hay quienes vaticinan que la visita del Papa Francisco a Estados Unidos le dará un enorme impulso a esta religión dado el recibimiento que tuvo por parte de su comunidad y los discursos que pronunció ante el pleno del Congreso y en la Asamblea de la ONU, en favor de los inmigrantes, del medio ambiente y la promesa de que los crímenes de pederastia no quedarán impunes que hiciera el representante de la iglesia de Cristo en su visita a Philadelphia, en donde terminó su visita.

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