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Por una vejez exitosa 

Por David Díaz Díaz, Patricia Vergara Aragón*  

Envejecer es un proceso biológico en el que se presenta una gradual disminución de  las funciones del organismo. Tal proceso acompaña al ser humano a lo largo de su existencia, iniciando desde el instante del nacimiento. La forma particular en la que cada persona envejece se ha relacionado con diversos factores como la predisposición genética, raza, forma y tipo de alimentación,  actividad física, con la forma en la que se manejan situaciones difíciles, con el ciclo sueño-vigilia, el sedentarismo, tabaquismo, consumo de alcohol y drogas entre otras adicciones.

Estudios realizados con personas que han alcanzado edades superiores a los 90 años, han puesto de manifiesto algunos de los factores que se encuentran involucrados con la longevidad, tales como el género de la persona y en este sentido, se ha observado que las mujeres suelen vivir más años que los hombres.

En estos grupos de personas, también se han encontrado variaciones genéticas que hacen que tengan valores más bajos de colesterol malo y un colesterol bueno más eficiente en su función para remover placas de grasa en la circulación sanguínea y  presentan además una mayor sensibilidad en sus tejidos a la acción de la insulina, lo cual favorece los bajos los niveles de azúcar en la sangre.

Todos estos cambios tienen un efecto favorable al disminuir la aparición de enfermedades cardiovasculares, incremento en la presión arterial, Diabetes y el Síndrome Metabólico, principales causas de mortalidad a nivel mundial.

Se ha reportado además que la forma de envejecer también se relaciona con fenómenos como errores en la replicación del ADN, al duplicarse las células (mutaciones), o con la  disminución de la capacidad de las células para replicarse, encontrándose defectos en los procesos relacionados con el metabolismo, diminución en la producción de hormonas, así como un deterioro del sistema inmunológico con afectación en las acciones de defensa contra los distintos microorganismos y todo esto a su vez incide en la respuesta del organismo ante los diversos cambios del entorno.

Los genes del envejecimiento constituyen sólo el 25% de la salud y el 75% restante está influenciado por factores que se pueden controlar a partir de hoy. Las personas que no tienen el efecto protector adquirido en sus genes pueden lograr prevenir enfermedades con la adopción de nuevos hábitos saludables, como es el hecho de tener un horario para levantarse y comer, no caer en el error de que por exceso de tiempo se puede hacer cuando sea, cambiar el tipo de alimentos y las raciones que se consumen diariamente pues cada persona requiere de nutrientes específicos.

La hidratación es algo que las personas no acostumbran y el adulto mayor pierde la sensación de sed, su cerebro no le avisa que tiene que beber, por eso no lo hace. Pero la deshidratación te puede llevar a un deterioro cognitivo, por tanto hay que tomar agua.

Es muy importante realizar alguna actividad física en la medida de lo posible, ya que con esto se logra mejorar el estado de ánimo, ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, mejora la productividad de la persona, ayuda a  mantener un peso adecuado, da mayor flexibilidad, mejora la capacidad para realizar las actividades de la vida diaria. El tipo de actividad física que se debe realizar depende del estado de salud de cada persona, pero en general, desarrollar alguna actividad física como caminar, bailar, nadar, etc.

Aprender cosas nuevas es algo muy importante para el cerebro, ponte un reto de una cosa, apréndelo y desarróllalo, Disfrutar de la familia o amigos, hará que sientan ganas de seguir viviendo y de sonreír que es la mejor de las medicinas.

*Facultad de Medicina, UNAM

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