Las violencias extremas, la pobreza y la falta de oportunidades no solo son causas importantes de la migración irregular y el desplazamiento forzado de la niñez desde el norte de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras) y México, sino que también son agravadas por las expulsiones desde México y los Estados Unidos, dijo hoy UNICEF en un nuevo informe. La organización dedicada a la infancia instó también a los gobiernos a trabajar juntos en la ampliación de soluciones que ayuden a aliviar las causas fundamentales de la migración irregular y forzada, y a salvaguardar el bienestar y los derechos de los niños refugiados y migrantes a lo largo del viaje, concluye el informe de UNICEF “Desarraigados en Centroamérica y México”.
Al margen de los reflectores de los medios y del jaloneo político entre la administración Trump, el gobierno de México y los presidentes de El Salvador, Guatemala y Honduras, el drama de los menores de edad de estos países que intentan migrar hacia Estados Unidos es uno de los más dolorosos del mundo actual.
La profunda descomposición social, la incompetencia de sus gobiernos y el creciente poder de las mafias internacionales que reclutan masivamente a niños y jóvenes centroamericanas encontraron en el racismo e intolerancia que inspiran las políticas de separación de familias migrantes del gobierno estadounidense los ingredientes necesarios para construir la tormenta perfecta.
Los más de 500 casos de niños centroamericanos que siguen sin poder ser regresados a sus padres son apenas la punta del iceberg del grave problema que denuncia la propia agenda de Naciones Unidas para la Infancia.
