Por Elena Rascón
Cuando los adultos pensamos en ejercicio, por lo regular lo relacionamos con salir a correr, ir al gimnasio a practicar levantamiento de pesas así como asistir a alguna clase de yoga, zumba o clase ciclismo teniendo como propósito directo acondicionarnos y perder peso. En el mundo infantil hacer ejercicio significa jugar y mantenerse activo, ya sea correr para alcanzarse y hacerse cosquillas o solo correr sin aparente motivo solo para moverse de un lado a otro, lo infantes tienden por naturaleza a moverse mucho, ya sea en el recreo escolar, en la clase de gimnasio de la escuela o afuera de la casa andando en bicicleta o futbol.
Pero que pasa cuando los niños por falta de estimulo o tiempo de los padres se vuelven sedentarios y no se mueven?
Desafortunadamente el recurso más utilizado es ponerlos a que vean televisión y se entretengan solos. De acuerdo con la revista TIME, el canal de televisión Nickelodeon reporto que en promedio los niños de 9 años ven aproximadamente 7 horas de televisión al día, es decir 35 horas a la semana (casi una jornada laboral de tiempo completo), en una cifra muy cercana, la Fundación de la Familia Kaiser, dice que la población de 8 a 18 años de edad ven alrededor de 4 horas y media de televisión al día, y hasta 7 horas y media en combinando los distintos medios de pantalla (TV, vídeos y DVD, computadora y juegos de video). Tristemente el exceso de tiempo de pantalla ha reemplazado las actividades físicas y el sedentarismo que esto produce ha aumentado el problema de la obesidad infantil.
Considerando lo dramático de estos números, los padres tenemos que ser más cuidadosos en no dejar que los pequeños se queden ensimismados con la televisión, un recurso muy básico pero eficiente es invitarlos a que nos acompañen a algún lugar, ya sea el supermercado o la biblioteca pero con el propósito de desplazarse caminado.
Recuerda también que existen centros culturales comunitarios en los cuales se pueden tomar clases ya sea de ballet, karate, gimnasia y natación casi todo el año. Y si tienes un presupuesto disponible puedes entusiasmar a tus pequeños a que incursionen en otras actividades como patinaje de hielo, tenis, futbol o socker entre muchas otras. Recuerda que no es suficiente que los padres estemos concientes de que al ejercitarse nuestros hijos podrán tener no solo un cuerpo mas esbelto sino músculos y huesos más fuertes, así como más oxigeno en el cerebro y una mejor autoestima, tenemos la obligación de educarles al respecto y en el mejor de los casos aficionarlos a practicar algún deporte como eje disciplinario de sus vidas.
Pero cuanto ejercicio necesitan?
Los niños y adolescentes deben hacer 60 minutos o más de actividad física diaria. Una de las mejores maneras de hacer que los niños sean más activos es limitar la cantidad de tiempo dedicado a actividades sedentarias, sobre todo viendo la televisión o jugando juegos de video. La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda a los padres:
• Desalentar el tiempo de pantalla en niños menores de 2 años
• Limitar el tiempo en niños mayores de 2 a menos de 1-2 horas al día de programación de entretenimiento
La Asociación Nacional para el Deporte y la Educación Física (NASPE) ofrece las siguientes pautas de actividad para los bebés, niños pequeños y niños en edad preescolar:
30 minutos de actividad física planificada y 60 minutos de actividad física estructurada (juego libre). Los bebés y los niños pequeños no deben estar inactivos durante períodos prolongados de tiempo – no más de 1 hora a menos que ellos están durmiendo. Y los niños en edad escolar no deben estar inactivos durante períodos de más de 2.
Recuerda, los padres debemos asegurarnos de que nuestros hijos hagan suficiente ejercicio; porque además de disfrutar de los beneficios para la salud del ejercicio regular, los niños que están en buena forma física tienden a comer y dormir mejor, también son más capaces de manejar los desafíos físicos y emocionales – de correr para coger un autobús o estudiar para un examen – así como son menos propensos para las enfermedades. Plática con el pediatra de tus hijos para que te ayude a elaborar un plan que funcione y estimule la salud de tus hijos y se pueda acoplar a tu rutina.