Todo ha sido mejor desde ese sábado de abril de 1974. La inspiración y sus motivos están dibujados al interior de un triángulo infaltable en cada competencia deportiva y, en no pocas ocasiones, académica. Es la imagen que identifica, desde entonces de manera atemporal, por su presencia en campo, cancha, óvalo, tartán, pista, cuadrilátero, alberca, dojo, duela, arena, gimnasio o mar, a donde alguno de los millones de deportistas de las 96 disciplinas practicadas por las y los estudiantes de las más diversas áreas del conocimiento, muestran la fuerza con la cual la raza y su espíritu distinguen al deporte aficionado y profesional de la Universidad.
Sí, desde hace medio siglo, millones de mujeres y hombres han entrenado y entregado lo mejor de sí físicamente durante meses y años de su vida juvenil, y ya no tanto, para poder lucir ese uniforme que lleva bordado, pegado o cosido, un felino que terminará grabado en su alma de por vida y que, aunque parezca mentira, sólo unos pocos de decenas de millones podrán portar alguna vez en su vida.
Así el comienzo
En los albores del siglo XX, tras la erupción volcánica del Xitle, testimonios de pobladores recuerdan haber avistado pumas en la zona donde ahora se yergue el Estadio Olímpico Universitario (EOU).
De ahí, Roberto Tapatío Méndez, legendario entrenador de futbol americano de la Universidad Nacional, en 1942 decidió que el equipo de la UNAM fuera conocido como Pumas, porque son inteligentes, rápidos, feroces y de carácter noble, cualidades que deseaba tuvieran sus jugadores.
Pasaron 18,250 días y con ellos varios logotipos, como el de la U o aquel con la figura del cuello y la cabeza de un puma de perfil, hasta que el diseño de Manuel “Pajarito” Andrade apareciera para quedarse por siempre, porque evoca, en ese escudo o logo, las características del deporte universitario: inteligencia, fuerza, destreza y rapidez.
Significado, significante
El logotipo aborda la integración plástica y figurada de las tres tareas fundamentales de la Universidad Nacional, a través del triángulo con puntas redondas, que a su vez está formado con tres círculos adyacentes, que representan las bases de esta casa de estudios: investigación, enseñanza y difusión de la cultura.
Con los ojos y la nariz del puma, Manuel formó una figura abstracta para representar la U de Universidad, y al unir esa U con la línea de la boca, otorgan la apariencia de una copa, la máxima representación del triunfo, especialmente en las competencias deportivas. Representa también los valores de la academia, de la investigación y de la cultura universitarias.
Se cumplió medio siglo de la propuesta plástica de Manuel Andrade, hecha pública 32 años luego de que se adoptara el nombre de Pumas. Cincuenta años de que el rector Guillermo Soberón Acevedo presentara oficialmente el escudo de Pumas en el marco de su mensaje a la comunidad universitaria, con motivo de la iniciación del año lectivo 1974-1975.
En la edición impresa de Gaceta UNAM, del 5 de agosto de ese año, aparecen ya los primeros uniformes universitarios con el nuevo escudo, colocado en el costado superior izquierdo de la camiseta lucida por el equipo de futbol ganador del Campeonato Nacional Estudiantil, realizado en mayo de 1974.
En la temporada del futbol profesional 1975-1976, el equipo Primera División de futbol de Pumas adaptó, en un diseño gigantesco, la cara del puma impreso en azul, con el fondo color oro, con un logo que abarcaba todo el frente de la playera. La temporada siguiente, 76-77, obtendrían el primer campeonato para la UNAM y también sería el primero para una universidad en el balompié del máximo circuito mexicano.
Cuarenta años después de la creación del escudo, la camiseta de Pumas fue clasificada como la más hermosa del orbe de la temporada 2016-2017, por la revista inglesa The Football Republic. Ese modelo tiene de fondo el mural de la Biblioteca Central, realizado por Juan O’Gorman.
La playera del torneo Clausura 2022 fue también elegida como la más bella del planeta, al ganar una votación pública y de expertos, convocada por el sitio Footy Headlines. En esta segunda ocasión el diseño rindió tributo a la pista de tartán del Estadio Olímpico Universitario, para ello, al logo le pusieron un fondo del color “ladrillo”, con un puma resaltado con vivos dorado y azul.
Han transcurrido cinco décadas de episodios disímbolos, en contextos incomparables, donde las y los universitarios han estado en competencias deportivas, académicas y actividades de la más diversa índole, siempre acompañados por el logo de Pumas, que transmite esa garra que da fuerza al espíritu institucional. La obra surgida del talento y formación académica del Pajarito, estudiante de Historia del Arte en la Facultad de Filosofía y Letras, nacido en Tocumbo, Michoacán, unió a los universitarios con otros millones de personas que sin tener vínculos directos con la Universidad decidieron ponerse al amparo del escudo de Pumas y así con gran orgullo también gritar: ¡Gooooooyaaaaaaaa….!