Rafael Paz
“Queremos con este coloquio reflexionar, pensar, especular –en el sentido más amplio de la palabra–, fabular, imaginar. Al centro de la propuesta de esta gestión, de este coloquio y creo que también del movimiento feminista, está la imaginación, por eso el GRRRRR y la característica del cómic”, afirma Marisa Belausteguigoitia, del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), sobre las intenciones del XXVIII Coloquio Internacional de Estudios de Género.
El encuentro GRRRRR: Género, Rabia, Ritmo, Ruido y Responsabilidad iniciará sus actividades el 10 de noviembre y busca ser un espacio de encuentro entre la academia y el activismo. Su programa será transmitido en el Facebook Live del CIEG.
“Queremos aventarnos a construir relatos con aliados de diferentes grupos cuyo centro sea una imaginación, una creatividad invitante, conversaciones, convergencias, que tengan rima, ritmo y risa para derivar esa rabia tan entendible. Es una emoción que puede ser muy productiva”, asegura Belausteguigoitia.
El coloquio está integrado por dos mesas de expertas, una mesa de clausura, 10 mesas de trabajo y una clase magistral, la cual será impartida por la escritora y académica Cristina Rivera Garza, de la Universidad de Houston, bajo el título Ya para Siempre Enrabiadas: Pequeño Diccionario para las Movilizaciones de Hoy. Entre los trabajos recientes de la autora se encuentran Autobiografía del algodón, El invencible verano de Liliana y Grieving. Dispatches from a Wounded Country, publicado por The Feminist Press y finalista del NBCC Award.
“Tenemos la fortuna de contar con Cristina Rivera Garza, que ha trabajado mucho con la rabia y el dolor, cómo la condolencia puede ser una estrategia pedagógica y política para justamente desarrollar lo contrario de la violencia, la cual sólo rompe vínculos y alianzas. Nos deja solas. El efecto de la violencia es la desarticulación, el silencio, la ruptura de alianzas. Este coloquio intenta un movimiento contrario, actitudes de conversación, convergencia, alianza, de entendimiento donde no se niega la rabia. Queremos hacerla visible, pero también los dispositivos que la traducen a efectos políticos, pedagógicos y artísticos”, subraya la integrante del consejo académico y el comité organizador del evento.
Introducir lo inesperado
También añade: “Queremos que la academia intervenga más, que se haga activista, que el activismo vaya a la reflexión y que el arte intervenga mucho más de forma crítica en la academia y el activismo. Proponemos prácticas artísticas que interrumpan ambos espacios, poder introducir lo inesperado. El feminismo en ocasiones se habla mucho a sí mismo, con las iguales, pero requerimos aliarnos con muchos otros grupos. Necesitamos generar conversación con agentes muy distintos. El arte es ese paréntesis, la rima que te lleva a verte a ti mismo y no cerrarse al dolor”.
Para Marisa Belausteguigoitia “la comunidad universitaria está en un camino colectivo para luchar en contra de la violencia, el hostigamiento y el acoso, pero necesitamos imaginación, conversaciones y entender la rabia como una emoción que deriva en rima, ruido y prácticas artísticas y pedagógicas que fortalezcan a nuestra Universidad para encontrar los caminos donde integremos a todos los grupos que están tan lastimados”.