A más de 13 mil kilómetros de distancia, separado por el Atlántico y un poco más allá del Mar Mediterráneo y el Mar Caspio, se encuentra Turkmenistán (un país ubicado en Asia Central), de donde son originarios Orazmuhammet Medeshov, Mekan Vepayev y Dourangeldi Jumageldiyev, tres estudiantes de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, que llegaron a nuestro país para cumplir sus sueños profesionales: estudiar en una universidad de prestigio y buscar el cambio del mundo.
La historia comienza en una escuela secundaria de aquella nación asiática donde los jóvenes se conocieron para vivir la competencia de las olimpiadas del conocimiento de Química (Rusia) y Física (Dinamarca), y establecer una relación de amistad y compañerismo que se extendería hasta el continente americano y dentro de la UNAM.
Con sus ilusiones, en diciembre de 2014, los tres jóvenes viajaron a México con el objetivo de presentar su examen de ingreso a la licenciatura. Una vez aquí, durante algunos meses tomaron clases de español y un curso de capacitación para aprobar el requisito, una tarea nada sencilla tomando en cuenta su poco dominio de la lengua y las preguntas del examen relacionadas con la cultura e historia nacional.
Tras meses de constancia y estudio los ahora universitarios obtuvieron el puntaje suficiente para convertir su sangre azul y su piel dorada. Oficialmente, la FES Cuautitlán era su alma mater. Orazmuhammet y Mekan Vepayev estudiarían Química en Campo Uno y Dourangeldi la carrera de Ingeniería Mecánica Eléctrica en Campo Cuatro.
Ya en esta multidisciplinaria descubrieron la calidez de los miembros de nuestra comunidad universitaria, la calidad educativa de los planes de estudio, la preparación de la planta docente y el valor de la formación de carácter integral, que los ha motivado a seguir preparándose ante un mundo lleno de retos que enfrentar y resolver.
Particularmente, Orazmuhammet señaló que eligió la UNAM debido a su posicionamiento en los rankings mundiales (actualmente la calificadora británica QS University la ubica como una de las dos mejores universidades de América Latina), y al nivel que tiene la investigación de la Química en esta casa de estudios. “Mi país no está tan desarrollado en esta parte y no tenemos laboratorios tan avanzados. La UNAM es una de las mejores universidades de Latinoamérica y una de las mejores del mundo”, destacó.
Por otra parte, Mekan cursa un semestre adicional para titularse, sin embargo, fue admitido en un programa de doctorado de la Universidad de Florida, un paso que también busca seguir Dourangeldi, quien estudia una maestría en la UNAM, y Orazmuhammet un doctorado en los Estados Unidos. De hecho, está por presentar el TOEFL y un examen de conocimientos que lo impulsarán a cumplir otro sueño: ser investigador y demostrar que la ciencia que estudia la materia construye soluciones.
“Muchas personas tienen mal vista a la Química, porque genera muchos residuos. Quiero ayudar a cambiar eso, quiero mostrar que no hace daño, sino que ayuda a mejorar el ambiente”, apuntó.