Por Jorge M. González.
Un día de 1950, el Físico Enrico Fermi (1901-1954) se dirigía a almorzar junto a sus colegas Emil “Jan” Konopinski (1911-1990), Edward Teller (1908-2003) y Herbert Frank York (1921-2009). Conversaban acerca de recientes reportes de OVNIS y una caricatura de Alan Dunn (1900-1974) (anexa) aparecida en la revista The New Yorker, la cual “culpaba” a extraterrestres de la desaparición de botes de basura municipales. En medio de la conversación, Fermi exclamó: “… y donde están? (los extraterrestres)” para inmediatamente realizar unos cálculos matemáticos que le ayudarían a concluir que seres inteligentes de otros planetas debieron haber visitado la tierra múltiples veces desde hacía mucho tiempo. Sin embargo, afirmó, nadie ha sido capaz de probar con seguridad el haber visto un extraterrestre o poseer algún objeto de origen alienígeno. Esta observación culminó con la propuesta de “la paradoja de Fermi”. Esta plantea la indudable contradicción que existe entre las estimaciones que afirman que existe en el Universo inteligencia distinta a la nuestra y la clara falta de evidencia científica de dicha presencia en nuestro planeta.
Hoy, luego de 18 años de la “revolución del siglo 21” Venezuela se encuentra en un indiscutible caos económico, político y humano. El país perdió su rumbo justo aquel día de 1998 cuando un porcentaje de la nación, ayudado por las rencillas y ceguera de los partidos tradicionales, votó para presidente a un resentido social, incompetente e inepto. Desde aquel entonces, las Instituciones encargadas de “administrar” al país han permitido el deterioro de todo lo bueno conocido hasta aquel día aciago. El “salvador galáctico” y su sucesor han usurpado el poder burlándose de la soberanía popular, han perseguido políticamente y torturado a multitud de opositores, muchos de ellos jóvenes estudiantes, quienes hoy languidecen en cárceles y mazmorras del país. Otros han tenido que emigrar. Funcionarios incapaces, sin mística y sin conocimiento, se turnan en puestos dirigiendo los organismos políticos y económicos del régimen y en el proceso han entregado el patrimonio venezolano a gobiernos zalameros. Se han robado millones y pusieron a sus conciudadanos a pasar hambre.
Este diciembre pasado fue una pena. El valor del “Bolívar fuerte” llegó al suelo, los artículos navideños se fueron a las nubes. La Navidad estuvo llena de desasosiego y desesperanza. La inflación cerró el 2016 por encima del 500%; la hiperinflación será la “meta” este año. Antiguos ministros del culpable “hijo de Fidel”, haciéndose los tontos sin reconocer que son también cómplices de la desgracia, comentan que el soso “heredero” y su corte están “de espaldas” a la realidad venezolana y “hablan como si estuviésemos en Alicia en el país de las maravillas.” Muchos opositores políticos no son mejores. No hay comida, no hay medicinas, no hay voluntad para sacar al país de la crisis.
En vista de esta situación no dudamos que al “régimen” venezolano podemos aplicarle “la Paradoja de Fermi.” Hoy, luego que muchos “revolucionarios” han pasado y rotado por numerosos cargos gubernamentales, no hay evidencia que nos permita pensar que hubo seres inteligentes en los mismos.