El reloj Doomsday se ha convertido en un indicador universalmente reconocido de la vulnerabilidad del mundo a la catástrofe causada por las armas nucleares, el cambio climático y las tecnologías disruptivas en otros dominios
La guerra nuclear y el cambio climático son dos realidades a las que la humanidad se enfrenta simultáneamente, advierten Miembros del Boletín de la Junta de Ciencia y Seguridad de Científicos Atómicos.
“(Estamos) advirtiendo explícitamente a los líderes y ciudadanos de todo el mundo que la actual situación de seguridad internacional es más peligrosa que nunca, incluso en el apogeo de la Guerra Fría”.
Los científicos adelantaron el Reloj Doomsday o ‘del Día del Juicio Final‘ a 100 segundos del Apocalipsis con el fin de crear conciencia sobre el peligro al que está expuesta la situación de seguridad global. Es la hora más cercana al ‘n del mundo’ desde la creación del reloj, después de la Segunda Guerra Mundial.
En el momento de su creación, el Doomsday (1947) mostraba lo cerca que está la humanidad de destruir al planeta Tierra con la elaboración de tecnologías peligrosas.
“Es una metáfora, un recordatorio de los peligros que debemos abordar si queremos sobrevivir en el planeta”, señala The Bulletin of the Atomic Scientists.
Ante esta situación, los científicos exhortan a los líderes y a la población mundial, a retrasar el Día del Juicio Final. Recomienda a los gobiernos de Estados Unidos y Rusia a regresar a la mesa de negociaciones para establecer el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio o tomar acciones para frenar la carrera armamentista, así como a comprometerse a frenar el aumento de la temperatura global.