El uso de cubrebocas generalizado no facilita el control de la epidemia, porque hay que garantizar su abasto para la población y el personal de alto riesgo
Durante las últimas semanas se ha difundido mucha información sobre el uso del cubrebocas y su efectividad para evitar los riesgos de contagio por coronavirus. El doctor Jorge Baruch Díaz Ramírez, titular de la Clínica de Atención Preventiva del Viajero (CAPV) de la UNAM, explicó a detalle todo lo que hay que saber al respecto.
En entrevista señaló que efectivamente las personas infectadas evitan contagiar a más con su uso, pero las personas que no tienen síntomas (asintomáticas) también pueden llegar a contagiar este virus.
Hasta hace unos días la comunidad científica desconocía la proporción de las personas asintomáticas con potencial a contagiar. Hoy se sabe que siete de cada 100 personas pueden contagiar este virus, dos a tres días antes de presentar síntomas; por lo tanto, las personas sanas disminuyen el riesgo de contagio en un 40 por ciento si se emplea de modo adecuado. Se desconoce si esto se puede llevar a cabo en entornos poco controlados como los comunitarios.
Países como Singapur, Corea del Sur y Hong Kong han tenido éxito en el uso del cubrebocas generalizado, esto ha derivado a disminuir el riesgo de contagio en algunos entornos de alto riesgo. Estos entornos son salas de espera, estaciones de tren, personas en transporte público, que asisten a espacios públicos concurridos como los supermercados, personal en contacto con muchas personas como policías, bomberos, personal administrativo, de seguridad y servicios de mensajería, entre otros.
Afirmó que el uso de cubrebocas generalizado no necesariamente facilita el control de la epidemia, porque hay que garantizar su abasto para la población y el personal de alto riesgo, así como la técnica adecuada de uso y desuso, de lo contrario aumentaría el riesgo de contagio.
El doctor Díaz Ramírez, miembro de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus de la UNAM, pidió a la población en general que si están considerando usar un cubrebocas es fundamental no hacer compras de pánico, ni excesivas de este producto. No hay que dejar sin accesorios de protección a los grupos vulnerables: “si vas acudir a sitios de alto riesgo hay que colocarlo y seguir todos los pasos correctos”.
Sin embargo, precisó que el cubrebocas no es la panacea, sólo ayuda si se usa con otras medidas de higiene como evitar tocarse ojos, nariz y boca, un lavado frecuente de manos o desinfección con alcohol-gel, mantener la sana distancia entre las personas, sobre todo de aquellos que están enfermos y evitar las salidas no esenciales.
Exhortó a la comunidad en general a investigar técnicas para colocar y desechar un cubrebocas y utilizarlos al hacer viajes esenciales. “No necesariamente tienen que usar uno de grado médico, también los pueden fabricar con otro tipo de materiales”.