A unos días de la apertura escalonada de actividades no esenciales es importante detenerse para hacer un análisis de los usos de la tecnología en los diversos contextos en que vivimos la cuarentena.
Con el objetivo de entender cómo se está interactuando con la tecnología y qué tanto se han modificado los patrones de uso, la doctora Erika Villavicencio Ayub, coordinadora e investigadora de Psicología Organizacional de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, realizó una investigación con 557 personas.
En México, los usuarios de Internet superan los 89 millones, su perfil principal son jóvenes, pero va en aumento la población de 45 años en adelante, “se están involucrando más y los pone en la jugada”, explicó la especialista.
Entre los principales hallazgos de la también académica de la FP, fueron que en una situación cotidiana, pre pandemia, los momentos de mayor conexión eran después del medio de día hasta las 14 horas y de 16:00 a 19:00 horas. El 68 por ciento de los encuestados señaló que lo hace durante todo el día, “en época de confinamiento la conectividad aumentó, lo que cambia las costumbres, consecuencias y afectaciones de este uso y dependencia”.
México es uno de los países en América Latina con mayor uso de Internet, los dispositivos más utilizados son las laptop y smartphones. El 99 por ciento de los entrevistados tiene servicio de Internet en casa y el 73 por ciento tiene contratado un plan de datos.
La tecnología durante el confinamiento fue utilizada, en un 80 por ciento, para atender necesidades laborales y escolares. Tan solo el 61 por ciento empezó a realizar home office a partir de la cuarentena, la cual, califican como regular (44 por ciento) y buena (22 por ciento).
De acuerdo con Erika Villavicencio, siete de cada 10 personas que realizan teletrabajo se sienten cómodos trabajando con la tecnología, sin embargo, presentan un incremento en la carga de trabajo y en el horario. “Hay que eficientar el home office en cuanto a los modelos de capacitación, políticas, procedimientos para lograrlo y que esté ligada a los resultados”.
En cuanto a los aspectos negativos del uso de las tecnologías, la investigadora refirió que provocan tecno fatiga, tecno adicción o tecno dependencia y tecno fobia. Tan solo el 47 por ciento manifestó descontento si no tienen acceso a su celular o a internet, de ellos, el 64 por ciento está pendiente de si le llegó un mensaje o notificación. “Hemos llegado a una dependencia a la tecnología que gobierna nuestro ser, en la escuela, en los trabajos, en la vida personal, etc”.
En ese sentido, es real que la tecnología ha tomado un lugar preponderante en la vida de las personas, muchas de las cosas que se realizan las han migrado a los dispositivos como el uso de calculadora, la agenda, la música, traductor, calendario y muchas más.
Sin embargo, no todo es negativo, ya que el uso de la tecnología viene a ocupar un papel representativo y brinda diversas alternativas. Si no fuera por la tecnología el número de empresas afectadas, por ejemplo, hubiera sido mucho mayor. Asimismo, un 62 por ciento utilizó y utiliza más las tecnologías para estar comunicados con sus familiares, para muchos fue una novedad hacer una conferencia con varias personas, sobre todo las generaciones de adultos.
Por otro lado, en las generaciones más jóvenes sigue presente la generación muda, ya que el 57 por ciento prefieren textear que realizar alguna llamada.
Otro de los hallazgos de la investigadora y académica es que el 91 por ciento tiene acceso y consume servicios en streaming y las redes preferidas las sigue encabezando Facebook y WhatsApp con el 90 por ciento.
Durante la cuarentena también se han alterado los ciclos del sueño, el 64 por ciento de los encuestados en el estudio de Villavicencio, resaltó que se pasan por mucho de su hora de dormir habitual. Sin embargo, la tecnología les ha ayudado a sobrellevar la cuarentena, han aprendido cosas, hecho ejercicio o han tomado clases de algo.
Asimismo, se encontró que las aplicaciones para pedir comida no tuvieron un boom durante la cuarentena, ya que el 62 por ciento no las utiliza y del porcentaje que sí lo hace, sólo el 30 por ciento realiza un pedido una vez por semana.
El uso de la tecnología en sí misma aumentó un 42 por ciento en época de confinamiento, lo que era antes la TV ahora es la tecnología. Lo que más se consume son: videos con 61 por ciento, juegos 60 por ciento, películas 57 por ciento, música 38 por ciento, redes sociales 26 por ciento.
En ese sentido, hay un camino muy productivo con el uso de la tecnología, es cierto que no todos tienen acceso a las tecnologías, lo que incide en las brechas económicas y sociales que aún están presentes. “Es difícil designar si ha sido más positivo o negativo, depende de las realidades, pero las actividades han seguido, los trabajos también siguieron y por esa continuidad la calificaría como positiva, pero aún hay trabajo por hacer en cuanto a las alteraciones. No es simplemente usar el equipo, sino cómo lo uso, en ese aspecto estamos en pañales”.