Leonardo Huerta Mendoza
Es un hecho conocido que se diga de alguien que habla sin parar que “habla como un loro”, sin embargo, lo que hasta ahora permanecía en la sombra es que los loros, efectivamente, aprenden a “hablar” desde que son polluelos.
A pesar de que la plasticidad vocal de los loros es ampliamente reconocida, no se había identificado hasta el momento el balbuceo en las crías de estos animales.
Los infantes humanosbnsuelen decir cosas sin sentido, pero esta característica no es exclusiva de ellos. Un reciente estudio reveló que los loritos también balbucean antes de abandonar el nido; estos pequeños pájaros emplean su tiempo en el nido emitiendo una serie de sonidos incoherentes, como si ensayaran una futura conversación de adulto.
El estudio “Vocal babbling in a wild parrot shows life history and endocrine affinities with human infants”, publicado en Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, sostiene que el balbuceo prelingüístico es una etapa esencial en el desarrollo del lenguaje en los infantes humanos, y que esta capacidad comunicativa se presenta principalmente en los machos de aves cantoras durante su madurez reproductiva, pudiendo ser ajustada por esteroides sexuales.
Los autores del estudio, investigadores del Departamento de Biología de la Universidad de Texas Rio Grande Valley, en Brownsville, y del Instituto de Medicina Experimental de la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, subrayan que el balbuceo vocal está muy difundido entre los loros salvajes durante su etapa de polluelo.
El líder del estudio, Karl Berg, profesor de biología en la Universidad de Texas Rio Grande Valley, apunta que, al igual que los bebés humanos, los loritos producen una serie de sonidos ininteligibles cuando balbucean. En palabras de Berg, “los loritos balbucean en un galimatías, mezclando todo, y aparentemente repitiendo lo que han estado escuchando”.
Berg y su equipo han estado estudiando una especie de lorito azul-verde en Venezuela y monitoreando su población. Los investigadores instalaron videocámaras en los nidos de los loros, aunque tardaron bastante en descubrir en los videos que los loritos bebés practicaban su vocalización.
Los investigadores inicialmente pasaron por alto este hallazgo debido a que, cuando comenzaron a grabar el interior del nido, parecía que la mayor parte de la actividad interesante ocurría cuando los padres regresaban. Al llegar los padres, los bebés demandaban comida, pero cuando los adultos se alejaban, los polluelos se tomaban la siesta por turnos, se acicalaban mutuamente y “charlaban” entre ellos.
La conversación de los polluelos se diferencia de la de los adultos en que es un tanto monótona y muy silenciosa, según explica Berg. En cambio, la conversación de los adultos es más estridente. Y es que, como todos sabemos, los loros son famosos por ser ruidosos.
Los loros de Sudamérica no son los únicos que practican sus vocalizaciones en susurros. Berg ha descubierto que los polluelos de otra especie de loro, que vive en México y en el sur de Texas, también balbucean.
En cuanto al propósito del balbuceo, Berg sostiene que es poco probable que se trate de una forma de comunicación social, ya que los polluelos lo hacen cuando nadie los escucha. El científico argumenta que una explicación más plausible es que “están practicando y quizá ajustando la forma en que hacen ciertos llamados, probablemente mientras observan e imitan a los adultos”.
Los polluelos aún emiten una serie de sonidos sin sentido, sin un propósito o contexto determinado, como si ensayaran para cuando tengan que emitir llamados de defensa, coordinación o alerta en presencia de depredadores. “El balbuceo de los loros es una mezcla, una ensalada aderezada con todas estas llamadas que se usan en contextos más específicos”, explica Berg.
El investigador también descubrió que la producción de sonidos de los loros puede ser estimulada por los esteroides. “Al administrar a los polluelos una dosis muy pequeña de corticosteroides dos veces al día, encontramos que con estas sustancias desarrollaron un amplio repertorio de balbuceos”, explica.
Esta hipótesis tiene sentido, ya que las hormonas del estrés son fundamentales para coordinar el crecimiento y la madurez de los polluelos. Asimismo, se ha descubierto que tener una variedad de sonidos más extensa es beneficioso, pues un repertorio más amplio en las aves que cantan representa una ventaja reproductiva.
Para determinar si existe algún beneficio en los loritos que desarrollaron un vocabulario más amplio en sus días de bebé, los investigadores planean observar si estos se convierten en líderes de su grupo. Si se observa evidencia de su éxito reproductivo, este podría ser un hallazgo digno de celebrarse.
Ideas destacadas sobre loros
- Los loros, al igual que los humanos, pasan por una fase de balbuceo durante su desarrollo, practicando y ensayando su vocalización antes de abandonar el nido.
- El balbuceo en los loros se presenta principalmente en los machos en su madurez reproductiva y puede ser ajustado por esteroides sexuales.
- El estudio de esta conducta ha sido llevado a cabo en Venezuela durante 35 años por un equipo de investigadores dirigido por el profesor Karl Berg.
- Los loros practican su vocalización en susurros, probablemente para evitar atraer a los depredadores.
- El balbuceo de los loros se presenta no sólo en Sudamérica, sino también en loros que habitan en México y Texas.
- Aunque los polluelos emiten el llamado normal de “aliméntame”, no realizan una serie de llamados comunes en los adultos, como los de alarma.
- La producción de sonidos de los loros puede ser estimulada por los esteroides, lo cual sugiere un nexo entre las hormonas del estrés y la coordinación del crecimiento y madurez de los polluelos.
- Un repertorio vocal más extenso puede ofrecer ventajas reproductivas en las aves cantoras.
- Los investigadores planean evaluar si los loritos con un vocabulario más amplio en sus días de bebé se convierten en líderes de su grupo.