Recientemente, la Food and Drug Administration de los Estados Unidos (FDA) ha publicado una guía sobre los ingredientes que pueden ya ser considerados como fibra dietética en la formulación de alimentos, de manera que pueden ser declarados en la etiqueta dentro del contenido nutricional como tal, fibra dietética. Estos compuestos ahora reconocidos, y que venían siendo empleados en varios alimentos, no podían tal cual etiquetarse como fibra dietética, aun con el putativo efecto fisiológico de la fibra sobre la salud.
Antes del 2016, la FDA no tenía definido el término ‘fibra dietética’, pero hoy se define como los carbohidratos (de 3 unidades o más), solubles no digeribles e insolubles y la lignina que están intrínsecamente e intactos en las plantas, y/o los carbohidratos (de 3 unidades o más) aislados o no digeribles sintéticos, que tienen un efecto fisiológico benéfico a la salud humana. El tamaño del carbohidrato es importante ya que, si tiene menos de 3 unidades, es un azúcar y esta puede ser metabolizada al ser consumida. Los carbohidratos pueden ser o no solubles en agua, pero lo más importante es que no puedan ser digeridos, esto es, que salgan como entraron, y que estén presentes de forma natural en los alimentos vegetales, o bien, que sean sintéticos. De este modo, la FDA clasifica a la fibra dietética en tres grupos:
1.- Carbohidratos insolubles y solubles (de 3 o más unidades) no digeribles y la lignina, que son intrínsecos a y están intactos en las plantas.
2.- Carbohidratos aislados o sintéticos no digeribles (de 3 o más unidades), que tienen un efecto fisiológico benéfico a la salud humana, y son seis: fibra soluble de beta-glucano, cascara de psyllium, celulosa, goma guar, pectina, goma de algarrobo, y la hidroxi-propil-metil-celulosa.
3.- Carbohidratos aislados o sintéticos no digeribles recién reconocidos: mezcla de fibras de pared celular de plantas, arabinoxilano, alginato, inulina y fructanos tipo inulina, almidón alto en amilosa, galacto-oligosacáridos, polidextrosa, maltodextrina o dextrina resistente.
Entonces, si leemos en la etiqueta del alimento que contiene alguno de estos ingredientes, ya podemos estar tranquilos por qué ya están reconocidos como fibra dietética. De manera general, fibra se refiere a carbohidratos obtenido de plantas, sobre todo de cáscaras y tallos (partes más de las veces no comestibles o que no se procesan junto con el resto del alimento). Hay varias fuentes reconocidas de donde obtener estas fibras, como la cascarilla de cebada, avena o maíz, y/o fibras de coco o caña de azúcar, y/o cáscaras de manzana, remolacha, papa, o bambú, entre otras. Al ser parte de la pared celular de las plantas, son compuestos insolubles y que no podemos digerir, al contrario de los pandas que comen casi exclusivamente bambú. Dentro de estos compuestos tenemos varias proporciones de celulosa, lignina, pectina, beta-glucano y arabinoxilanos. Hay también algunos compuestos sintéticos, como carboxi-metil-celulosa, goma de acacia, goma de karaya, goma xantana, xilo-oligosacaridos, y almidones resistentes –a la digestión– de trigo y maíz. Esta es la famosa fibra insoluble, qué al ser parte de tallos y cáscaras, no es soluble en agua. La fibra soluble obvio esta qué es soluble en agua, y puede ser fermentada por las bacterias del colon, como prebióticos, según platicábamos el mes pasado.
En la formulación de alimentos procesados es donde se usan más compuestos químicos, ahora reconocidos como fibra, cuyo papel es ayudar a absorber agua en el producto, afectando sobre todo la textura del alimento. Cuando se habla de fibra añadida, los carbohidratos aislados, no digeribles, naturales extraídos o sintéticos, son utilizados en la formulación del alimento. La práctica más común es cuando al pan, cereales o galletas se les añade fibra, para que teóricamente estén elaborados de granos enteros, cuando se usa harina refinada, la cual pues no tiene nada de la cascarilla (donde está la fibra). Claro está que el consumir vegetales o frutas tiene un aporte de fibra a la dieta.
Ya habíamos platicado anteriormente del efecto “escoba” de la fibra, y esto es debido a que la fibra no es digerida y ayuda con la digestión, pero la verdadera importancia de la fibra es el efecto que esta fibra tiene sobre algunas enfermedades. El reconocer a estos compuestos como fibra dietética por la FDA se base en estudios clínicos respecto a la reducción de glucosa en sangre o insulina, o colesterol de baja densidad (o malo), mejorar la absorción de calcio, por mencionar algunos. La evidencia muestra que los alimentos que contienen fibra como las frutas, vegetales y granos enteros proveen efecto sobre la salud, al actuar como laxantes y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y coadyuvar en la diabetes tipo dos. Además, la fibra al no ser metabolizada reduce el consumo de energía y al hidratarse en el estómago da sensación de saciedad, pudiendo ayudar en controlar la obesidad.