Michel Olguín Lacunza / Myriam Nuñez
La cleptomanía es un trastorno mental en el que la persona tiene un deseo incontrolable de obtener objetos, que no necesariamente le significan un valor monetario, sino más bien la emoción de sentir la adrenalina generada por el riesgo de ser atrapados, dijo Samuel Acosta Galván, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM.
Aproximadamente dos por ciento de la población mundial lo padece, y regularmente roban objetos que tienen un valor simbólico para el dueño, añadió.
Este padecimiento suele presentarse a finales de la adolescencia o principios de la vida adulta, aunque se ha detectado que desde la infancia algunas personas tienen “pequeños accidentes” con sus compañeros, lo que se relaciona con el poco control de los impulsos.
En algunos casos, quienes sufren de cleptomanía intentan devolver los objetos sin que el dueño se entere porque experimentan una etapa de culpa posterior al robo.
Los especialistas buscan que mediante un proceso de introspección la persona identifique qué necesita, porque la cleptomanía cumple con esa función ligada a las carencias emocionales.
“Si encontramos a una persona que presenta este tipo de eventos, es necesario empezar a trabajar desde ese momento para que no empeore esa condición. Por ejemplo, la persona presentará durante largos lapsos de su vida este comportamiento de forma incontrolable”.
Un ciclo
La persona que presenta cleptomanía sufre ansiedad por querer robar las cosas y una descarga de adrenalina por no ser descubierta en el momento del robo.
Siente una descarga emocional muy significativa, posteriormente viene un lapso de reposo, durante el cual el afectado siente culpa por lo que hizo seguida por una etapa de ansiedad, y nuevamente se presenta la necesidad de robar.
“Es como un ciclo que constantemente se renueva; cuando la persona roba experimenta un momento de éxtasis, luego viene el lapso de culpa que solo se resuelve con la ansiedad, y otra vez siente las ganas de robar seguida por un periodo de reposo, y todo se repite nuevamente”.
En algunos trastornos mentales la ansiedad se vuelve cíclica porque los afectados se convierten en pacientes crónicos, es decir, no es algo esporádico sino que repiten el acto una y otra vez durante toda su vida.
Su origen es desconocido, pero se ha relacionado con algunos otros trastornos, como el obsesivo-compulsivo, la depresión e incluso con el consumo de sustancias.
¿Hay solución?
Aunque las personas que padecen cleptomanía sienten culpa, casi no buscan ayuda. Regularmente son las personas cercanas, como familiares o amigos, quienes asumen que necesitan un tratamiento.
De hecho, son personas que llegan muy poco a la consulta psicológica porque no hay concordancia entre el padecimiento, la aceptación y la ayuda.
En cuanto al tratamiento, el mejor resultado se ha obtenido con la terapia farmacológica, que a través de los ansiolíticos ayuda a bajar los niveles de angustia y ansiedad que puede presentar la persona.
Además, debe acompañarse con una terapia psicológica con la que se reeduquen ciertas creencias o simbolismos que la persona ha asociado con el robo, concluyó el académico universitario.