Por medio siglo Colombia fue un país en guerra. Firmada en La Habana, Cuba, la paz se comienza a construir ahora.
El conflicto generó 220,00 muertos, el desplazamiento de poco más de un 10 por ciento de la población y por mucho tiempo el gobierno no tuvo el control de casi un 40 por ciento del territorio nacional.
Suscrito por el Presidente Juan Manuel Santos y el jefe de las FARC, Timoleón Jiménez, alías Timochenko, el acuerdo que llevará al desarme e integración a la vida pública de los 7,000 combatientes aún activos del grupo armado tuvo como principal testigo de honor a Raúl Castro, el mandatario cubano, el mismo personaje que por décadas coordinaba el proyecto de exportación de la revolución socialista que encabezaba su hermano Fidel.
De cualquier modo, el histórico acuerdo de cese al fuego bilateral y definitivo, alcanzado tras 4 años de negociaciones en la capital cubana, es un paso crucial hacia el fin del conflicto armado más antiguo del hemisferio.
Presentado como un pacto sin ganadores ni perdedores, el acuerdo de paz ocurre tras años de una intensa ofensiva miltiar que costó la vida a los líderes históricos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, una guerrilla que nació marxista pero con el paso del tiempo mantuvo una muy cercana relación con algunos de los principales carteles dedicados al narcotráfico en ese país sudamericano.
La implementación de la entrega de las armas de las FARC será coordinada por la Organización de las Naciones Unidas en un proceso a conluir en los próximos seis meses.
La ceremonia oficial de paz en Colombia podría ocurrir el 20 de julio, fecha de la celebración de la Independencia colombiana.
