Por Olga Granados *
“Es imposible, dice el orgullo,
Es arriesgado, dice la experiencia,
No tiene caso, dice la razón,
Probemos, murmura el corazón”
Ward, W.
Cuando se quiere hablar de éxito y de mujeres se vienen a la cabeza muchas líneas que habría que tocar. Sólo abordaremos algunas.
Aún cuando la medida del éxito es personal, hay muchos parámetros sociales que presionan y confunden porque determinan que es necesario, por ejemplo, ganar mucho dinero, tener puestos importantes o brillar en sociedad, entre otros, para considerarse alguien exitoso. Esto devalúa el éxito que proviene de las elecciones personales que hacen feliz porque apasionan y dan sentido a la vida aunque no se cumpla con esos parámetros.
Si definir el éxito es complejo hablar de mujeres exitosas lo es aún más porque hay muchas que consideran un completo triunfo ser madres de familia, aunque eso no sea un trabajo remunerado ni muy lucidor. Sin embargo, desde hace varios años hay un gran número de mujeres que se han lanzado a conseguir otro tipo de éxito y han obtenido puestos muy importantes o dirigir sus propias empresas.
Estas mujeres han expresado que la travesía no ha sido fácil porque han tenido que trabajar el doble o el triple para conseguir lo que quieren. Saben que la realidad, en pleno siglo XXI, sigue siendo que tienen que demostrar con mucho trabajo que son talentosas y competentes. Y, si bien esto no es agradable, les permite poner los pies en la tierra y pensar las estrategias necesarias para poder avanzar.
Claro que conocer esta realidad no basta, se requiere una autoestima muy sólida y ésta también la han trabajado duro. Por diferentes razones que en este momento no mencionaré, las mujeres viven con una baja autoestima que les impide tener la confianza y la fuerza para ir detrás de lo que desean, sienten que no se lo merecen, que primero tienen que lograr “ser perfectas” para aspirar a algo. Pues bien, las mujeres exitosas han superado esto, se han enfrentado a sus conflictos internos y a sus miedos para que no las detengan y siempre, siempre, saben que lo que quieren lo merecen sin discusión. También saben que si se equivocan, no es porque sean incapaces, sino porque el error es parte de cualquier aventura en la que se embarquen.
Las mujeres exitosas han capitalizado las características femeninas que diferentes investigaciones han evidenciado: la capacidad para ejecutar tareas múltiples y tener atención en diferentes aspectos aunada a la disciplina de enfocar cada día su meta y de trabajar con constancia para lograrla. No se amilanan frente a los obstáculos porque la capacidad objetiva que han desarrollado las recoloca en el camino cuando alguna adversidad parece tirar por tierra su proyecto porque tienen un plan de acción que las ubica y les permite ver hacia adelante.
Esto significa que las mujeres exitosas tienen un elevado nivel de consciencia, ven su realidad, no la niegan, ni la distorsionan y la aprovechan para saber cómo actuar y también para elegir el equipo de trabajo que necesitan para lograr sus metas.
Y si bien, estas mujeres han desarrollado la objetividad mantienen muy a flor de piel otra cualidad muy femenina, la intuición para tomar una decisión. Es decir, toman en cuenta todos los elementos racionales para elegir pero permiten que “sus corazonadas” las guíen para apostar en lo que creen lo cual, combinado con su pasión de ir tras sus sueños, hace que el éxito se dé por añadidura.
*Doctora en Psicología y Psicoanalista.