Fernando Guzmán Aguilar / Mónica González
Los cálculos de Eratóstenes, los eclipses lunares, las trayectorias curvas de los aviones, el cambio de husos horarios y las fotos satelitales de nuestro planeta son algunas pruebas que contradicen a los terraplanistas.
Contrario a lo que hoy pregonan los grupos anti-Tierra esférica, proponiendo que nuestro planeta es plano, desde hace poco más de dos mil años sabemos que tiene forma de esfera, apunta el astrofísico Sergio Mendoza.
Una evidencia científica, directa y contundente de que la Tierra es curva y no plana como afirman los terraplanistas, en boga en los últimos años incluso en las redes sociales, son las fotografías desde el espacio que la muestran esférica.
Sin embargo, para los terraplanistas son imágenes falsas, hechas por el cine de Hollywood y con actores que mienten al decir que estuvieron en el espacio. Para ellos, ni la NASA ni la agencia espacial de Rusia ni ninguna misión de otro país ha salido de la órbita de la Tierra.
El doctor Mendoza, del Instituto de Astronomía de la UNAM, dice que fue Eratóstenes, matemático, astrónomo y geógrafo griego, el primero en calcular la circunferencia de la Tierra.
En un ejercicio de trigonometría que ahora es común en secundaria, el también director de la famosa Biblioteca de Alejandría comparó las altitudes del Sol del mediodía o cenit en dos lugares separados por una distancia norte-sur.
Midió y comparó el ángulo de la sombra producida por una vara alta en las ciudades de Alejandría y Siena (hoy Asuán, donde al mediodía ningún muro u objeto recto produce sombra, porque está en el trópico de Cáncer). Su cálculo fue casi preciso. “En su medición falló solamente por un 5% del valor aceptado hoy en día”.
El académico de la UNAM pone otro ejemplo “facilito”. Si la Tierra (su radio es de 6000 km) fuera plana, a la altura que un sujeto se ponga alcanzaría a ver la misma distancia en el horizonte. Sin embargo, si uno se pone a ras del suelo (a unos 30 cm), parado (“mido 1.80”) o se sube al Pico de Orizaba (que tiene una altura de 5600 m sobre el nivel del mar), alcanzará a ver, respectivamente, unos dos kilómetros, cinco km y 154 km en el horizonte. “En un día claro, desde el pico de esa montaña se ve hasta el mar”.
Otro ejemplo, más físico, relacionado con la masa de un cuerpo planetario. Si fuera plana, la Tierra tendería a ser inestable o a estar fuera de equilibrio. La gravedad, al ser una fuerza que atrae de manera radial y “busca siempre tener objetos esféricos en su totalidad”, la destruiría. Aunque, aclara el astrofísico universitario, hay objetos no tan esféricos, como Fobos. Es una de las lunas de nuestro sistema solar, con una forma “un poco irregular”.
En un eclipse lunar, cuando la Tierra eclipsa a la Luna, se proyecta un disco de sombra que oscurece a la Luna. Pero si la Tierra fuera plana, y diera la casualidad de que el eclipse lunar apareciera en el horizonte de nuestro planeta, entonces se proyectaría sólo una línea de sombra sobre la superficie lunar.
Como la atmósfera en la Tierra está cada vez más concentrada en altitudes más pegadas hacia la base del planeta, al ver algo en el horizonte (un barco, por ejemplo) “de repente uno empieza a ver refracciones o como movimientos”.
También, agrega el doctor Mendoza, en un amanecer o en un atardecer el horizonte se ve rojizo porque la luz solar está atravesando la atmósfera del horizonte en la Tierra. Desde las montañas, ese color desaparece porque a esa altura la geometría curva de la Tierra hace que los rayos de luz solar observados atraviesen una atmósfera menos densa.
El designar husos horarios para diversas longitudes terrestres también es un indicador de la esfericidad de la Tierra. Si fuera una Tierra plana, todos tendríamos el mismo huso horario. Pero no es así. Mientras en México es una hora, en China o la India es otra.
Eso ocurre porque el Sol no alumbra un planeta plano; “alumbra una zona y otra, no”. Los terraplanistas arguyen: el Sol tiene bloqueos en su intensidad. “Pero eso es buscarle tres pies al gato”. Satélites han medido directamente la radiación del Sol y ésta es “bastante uniforme”.
El desplazamiento de los aviones, en cualquier ruta, se ve curvo, “porque las trayectorias más cercanas entre dos puntos de la Tierra son curvitas”. Son “círculos máximos”, en astronomía. Las aerolíneas buscan ganar dinero. Y para eso los aviones tienen que consumir el menor combustible y llegar lo antes posible a su destino. Así que, por pura eficiencia, los aviones tienen que realizar esas trayectorias sobre círculos máximos.
Desde antes de Cristo, puntualiza el doctor Mendoza, tenemos evidencias científicas de que la Tierra es esférica. La más simple y mejor prueba de su esfericidad son esas lindas fotos tomadas por un satélite o un astronauta o cosmonauta desde una estación o un viaje espacial.