Por Oriana Ruvalcaba
Después de meses de tensión y desgaste después del largo proceso electoral, es lógico que las personas deseen divertirse y disfrutar de las fiestas, que independientemente de la religión y herencia ancestral, por lo general comienzan con el Día de Gracias –la fiesta no religiosa más celebrada en este país- y terminan, en el caso de los Latinos con el Día de Reyes, pasando desde luego por el día de la Vírgen de Guadalupe, las Posadas y la celebraciones de la Navidad y el Año nuevo.
Si siempre se aconseja no gastar más de lo que se tiene en regalos y no dejarse llevar por la generosidad, porque la experiencia nos enseña que puede ser peligroso obedecer a los impulsos de consumo, aunque pretendamos justificarlo argumentando que los regalos son muestras de cariño; ante la incertidumbre de lo que puede traer el 2017, lo realmente sabio es no vaciar totalmente la cartera para agasajar a los seres queridos con obsequios.
Desde luego que en estos tiempos las fiestas están asociadas con regalos y viajes, que representan un fuerte gasto familiar. Las estadísticas demuestran que a partir del Black Friday y sus ofertas irresistibles para obtener el aparato electrónico tan esperado, el celular más novedoso y con más funciones, una tableta que sea la envidia de los pares, etc., las personas reportan más gastos en sus tarjetas de crédito, y el monto de sus ahorros –en el caso de quienes tienen la disciplina de guardar dinero sistemáticamente- se reduce significativamente. ¿los conceptos? Compras de regalos caros, viajes de fin de año, o simplemente en numerosos brindiz y actividades sociales.
Tampoco se trata de ser el Grinch y arrinarle la Navidad a todos con las críticas fáciles al consumismo, desde luego no se trata de encerrarse en su casa para no gastar, sino de hacer compras inteligentes y adquirir sólo lo que sea realmente necesario para no verse en problemas de liquidez en enero.
El primer consejo que dan los asesores financieros es: por ningún motivo te gastes todo tu dinero porque te quedas en situación vulnerable y desprotegido para enfrentar cualquier situación de emergencia, es decir no gastes todo lo que tienes y jamás más de lo que tienes. Para ello es importante saber diferenciar entre una necesidad y un gusto, por mucho que te guste algo –para ti o para una persona muy querida- no “necesitas comprarlo”.
Durante mucho tiempo los comerciantes han logrado introyectar en la sociedad la idea de que la temporada decembrina es una época de felicidad y de derroche, aquí es en donde entra tu inteligencia para no dejarte atrapar por la mercadotecnia o el temor de que te tilden de tacaño.
Otro consejo valioso es tener paciencia y hacer un trabajo de búsqueda del mejor precio del producto que deseas comprar, busca las ofertas, puedes conseguir el regalo que estás que deseas comprar hasta por la mitad de lo que cuesta originalmente. Para empezar haz una lista de lo que deseas adquirir y buscarlo en línea, con el aumento de compras por internet se han abaratado los precios de muchos productos, pero debes hacerlo con tiempo para dar tiempo a que lleguen los objetos y no tengas que pagar envío expres, que generalmente es caro.
Otra idea que puede ser muy buena es regalar recuerdos, ya que la Navidad es una temporada para compartir, puedes regalar una foto antigua, de esas que están un poco deterioradas, llevarla a restaurar –este proceso suele ser un poco caro, pero no tanto como una joya- y sacar una copia de ese memoria en muy buen estado, el detalle está, además de la recuperación de la imagen, en elegir el cuadro ideal para la persona a la que está dedicado ese retrato. Si la persona es sensible será capaz de percibir el detalle, leer en ese acto de amor que es muy especial para ti, tanto, que te tomaste el tiempo de buscar la foto, llevarla a restaurar y buscar un marco tomando en cuenta sus gustos y su personalidad.
Y hablando de compartir, los juegos de mesa son excelentes opciones, ¿qué estás regalando en esa cajita? un momento de risas, alegría y emoción en compañía de tus seres queridos.
Otra útil recomendación es ahorrar parte de tu sueldo. Dado que en esta temporada se reciben aguinaldos, bonos o compensaciones adicionales por buen desempeño en el empleo, es importante no engolosinarte porque ves más dinero del que habitualmente tienes en las manos. Simplemente no te salgas del presupuesto que designaste al inicio de tus compras, puedes destinar una parte de los ingresos para los gastos –regalos, cenas y paseos- de Navidad y guardar otra parte, piensa que justo después de las fiestas los precios de todos los productos bajan drásticamente porque los almacenes necesitan vender toda la mercancía de temporada y desean hacer espacio para los productos nuevos, así que es posible que encuentres aún mejores precios cuando ya todos compraron sus regalos y los comerciantes se ven obligados a reducir sus precios y hacer ventas especiales, esa es tu oportunidad de darte un regalito, y sólo podrás hacerlo si tienes liquidéz en vez de deudas.
Otro tip importante es evitar a toda costa las compras de última hora. Podrás comprar mejor y más barato si lo haces con tiempo y sin presiones.
Asimismo, hay algunos productos que incrementan su precio durante esta temporada, procura adquirir estos con anterioridad. Otra opción es elegir productos cuyos precios no se elevan, y recuerda, siempre hay que comparar, no te dejes llevar por la emoción o el impulso ni te dejes presionar por las personas que te atienden en las tiendas y sus comentarios de que ese objeto que te gustó es el último en su color, y no saben cuando les van a llegar otros similares, o que muy probablemente ya no los vuelvan a fabricar, porque eso es casi imposible, y de ser así, mejor elegir otra cosa y no llevarte algo sólo porque según el vendedor es el último en su especie.
Recuerda que el próximo año tendrás gastos y compromisos que cubrir y no es buena idea empezar el año con deudas y preocupaciones, así que planea disfruta tus compras y recuerda aquel sabio dicho de las abuelitas, regale afecto, no lo compre.