Home » Continúa el ciclo Arte, política y contracultura. El mundo hoy

Continúa el ciclo Arte, política y contracultura. El mundo hoy

Esta semana se presentarán tres conversaciones del ciclo Arte, política y contraculturaEl mundo hoy. Los participantes, pertenecientes de diversos países como Irlanda, Reino Unidos, Estados unidos, España y Chipre, dan sus puntos de vista sobre su experiencia en diversos ámbitos como la danza, la performance, la literatura y la política. 

11 de mayo. En los márgenes de la danza
Maria Hassabi (Chipre), Oisín Monaghan (Irlanda) y Lizzie Sells (Reino Unido)

12 de mayo. Virus reales e imaginarios. Pensando con J. G. Ballard

Mark Dery (Estados Unidos), Naief Yehya (Estados Unidos) y Mauricio Montiel (México)

13 de mayo. Los retos de la política
Juan Carlos Monedero (España) y Francisco Carballo (Reino Unido)

 

En los márgenes de la danza

Lizzie Sells charla con Maria Hassabi y Oisín Monaghan, artistas de la danza y el performance sobre algunos aspectos de su quehacer artístico. Sells comenta que en los últimos años es más común que museos y galerías en todo el mundo presenten piezas escénicas en vivo, las instituciones se están abriendo a otras posibilidades artísticas de ser, sentir, pensar, e interrelacionarse.

Maria Hassabi opina que las presentaciones en galerías conllevan una interacción diferente con el público, la iluminación del espacio, las piezas de arte y la visibilidad del cuerpo, son factores que influyen de manera considerable en la pieza. De acuerdo con estas condiciones, el performer utiliza una energía e intensidad diferente. Interpretar las reacciones del púbico y evaluar su atención han sido algunas de las cosas que ha aprendido a identificar.

Es importante que el performer se dé el tiempo para observar y detectar las imágenes que produce con su cuerpo, las cuales deben ser poderosas y accesibles para ser transmitidas al espectador, considera. Para ello, es necesario crear un momento donde el bailarín interiorice su postura y tome conciencia sobre su entorno físico y las emociones que encarna su cuerpo. Por otra parte, se abre una posibilidad para que el público divague en su interior, lo que da oportunidad de conectar con su mente, emociones y recuerdos, abriendo la posibilidad de reconstruir historias personales. Considera que la formación en danza no se refiere, únicamente, a estudiar ballet durante 20 años y adquirir una técnica, es necesario tener convicción, deseo y compromiso.

Por su parte, Oisín Monaghan comenta que en sus presentaciones crea una meditación en movimiento donde toma conciencia del cuerpo respecto al espacio y lo que se encuentra en él: personas, objetos, arquitectura, temperatura, silencio, música, etc.

Ambos coinciden en que los artistas del cuerpo, bailarines o performers, realizan una actividad que implica disciplina, coreografía, resiliencia, tiempo y entrega, un trabajo que no siempre es reconocido en la sociedad. El público, por su parte, entra en contacto con emociones que mutan, se acercan, se alejan, inspiran o generan rechazo. Las temáticas abordadas confrontan al espectador con su historia personal y su escala de valores, generando diversos tipos de reacciones. ¿Hasta qué punto la cultura moderna aleja al individuo del presente, de la experiencia del ahora que la danza ofrece?, cuestiona.

Virus reales e imaginarios. Pensando con J. G. Ballard

En esta conversación entre el escritor mexicano radicado en Nueva York, Naief Yehya; con el escritor mexicano Mauricio Montiel; moderada por el escritor y crítico Mark Dery, abordan diversos temas como la literatura, las redes sociales, la política y las consecuencias globales de la pandemia de COVID-19. El quehacer literario de los participantes los lleva a plantearse diversas interrogantes: ¿vivimos en un mundo surrealista que se vuelve más ficticio minuto a minuto? ¿Los escritores deben evocar una alternativa sana ante este panorama? ¿la realidad actual despoja a los escritores de herramientas imaginativas y básicas, desconectándolos como mentes creativas?

Montiel opina que la pandemia es como una novela de ciencia ficción absurda, llena de brechas y carente de profundidad humana, ante este panorama es tarea de los escritores reinventar la realidad. Para Yehya, convertir la realidad en literatura es un sentimiento aterrador, pues la pandemia ha sido una caída libre hacia una distopía que aún desconocemos hacia dónde conducirá. La crisis política y los procesos electorales también son temas de gran relevancia.

En medio de este contexto, consideran que las redes sociales y sus mecanismos funcionan como otro tipo de virus que se esparce para sembrar todo tipo de ideas. Es una época gobernada por memes que funcionan de manera eficaz para llevar la conversación cultural y política a un territorio determinado. La memeficación es un fenómeno que elimina la riqueza de la conversación y el debate, simplifica todo asunto hasta llegar al mínimo denominador, valiéndose de una imagen cómica con dos líneas de texto. De igual manera, la cultura de la cancelación es un fenómeno muy presente, si una palabra está fuera de lugar, hay una evocación errónea o hay una frase que algunos consideran ofensiva, esto puede provocar consecuencias que pone en juego la trayectoria de una figura pública. De esta manera, surge una moralidad llevada al extremo que conduce a la lógica cyber-victoriana en la que todos serán castigados. Se han convertido en un espacio en el que se ha perdido casi toda noción de matices y prevalece la polarización.

Consideran que el surgimiento de Internet y sus múltiples posibilidades han ido cambiando hasta que el comportamiento en línea comenzó a estar gobernado y vigilado por el algoritmo de la inteligencia artificial. Cada navegación en internet significa un bombardeo de información y productos, temas o notas que, de acuerdo con las búsquedas anteriores, representan lo que en apariencia le interesa a un individuo.

Los retos de la política

El politólogo y político Juan Carlos Monedero se refiere a los movimientos progresistas o revolucionarios en la actualidad. Considera que las izquierdas deben tener un amplio bagaje teórico, indispensable para realizar un diagnóstico social y así entrar en un debate profundo. Es casi una obligación, puntualiza, hacer buenos diagnósticos porque de esa manera se entenderá la postura de los adversarios, quienes son parte integral de un planteamiento, y así atenuar la polarización donde cada parte reclama 100% de certezas; los cambios sociales no se logran a través de las fracturas, sino mediante transiciones, de ahí que el debate sea un camino que conduzca a ese objetivo. La antesala de cualquier revolución es siempre una gran conversación.

La revolución no es una serie de hechos violentos, considera, son momentos históricos donde las contradicciones resuelven a favor de las mayorías. Los intelectuales de izquierda creen que mientras más apocalíptico es su discurso refleja mayor inteligencia, pero éste resulta conservador porque invita a la parálisis social, pues no da margen de acción. El movimiento ecologista, por el contrario, apuesta por la transición porque busca cambios pequeños en beneficio del planeta: reciclaje, siembra de árboles, etc.

Por otro lado, comenta que actualmente es más difícil luchar contra el modelo capitalista que hace 50 años porque este se ha convertido en un sentido común para la sociedad, todo es mercancía y está sujeto a un valor, a la compra-venta, de esta manera el sistema captura los imaginarios del individuo. Se debe poner atención en las crisis del capitalismo porque éstas generan algún tipo de fascismo, las dictaduras en Latinoamérica dan cuenta de ello. Actualmente ocurre una situación similar con el auge de la extrema derecha en el contexto mundial.

Las generaciones existen en la medida de los sucesos históricos que las permean y las marcan, y a la vez, son un motor de cambio social, el surgimiento del neoliberalismo es una respuesta a esos movimientos. La brecha generacional en una sociedad marca la diferencia en muchos aspectos, ahora los jóvenes abordan de otra manera la sexualidad, el feminismo, las cuestiones de género, es indispensable la predisposición al diálogo para evitar un choque de posturas.

Las izquierdas, considera, han tomado una postura intelectual y han abandonado a las clases medias empobrecidas, las cuales cuentan con un elemento antisistema que es canalizado por las iglesias reaccionarias, relacionadas con grupos de poder, que se acercan a los barrios humildes para ganar adeptos, eso explica su fuerza y auge.

Hoy día existe una tendencia mundial donde los grupos de derecha se vuelve insurreccionales y los de izquierdas protegen el orden y la legalidad, en ambos casos se protege el sistema. Algunos surgen para cuestionar los errores de la democracia, después militan en el gobierno y se convierten en sistema. Eso ha pasado históricamente en muchos países al dejarle a las fuerzas políticas de la derecha la incorrección política.

 

Please follow and like us:
Pin Share
RSS
Follow by Email