Por Jorge M. González
Meses después de la muerte de su padre, el escritor argentino Jorge Luis Borges (1899–1986), cuya visión ya estaba en franco deterioro, tuvo un accidente que casi lo lleva a la muerte. Su madre, Leonor Acevedo Suárez (1876-1975) al ser entrevistada por la revista “L’Herne” comentaría que en vísperas de la Navidad de 1938, el escritor fue a buscar a una invitada a cenar. El ascensor no funcionaba y al subir muy rápido por las escaleras, se golpearía con una ventana que estaba abierta. La herida no fue bien curada, complicándose con una septicemia, la consiguiente fiebre elevada y frecuentes alucinaciones. Luego de dos semanas, ya de vuelta en casa, Borges escribiría su primer cuento fantástico. Su madre comentaría que luego del accidente algo pasó en el cerebro del escritor, promoviendo en él este nuevo estilo, una nueva concepción creadora. Comenzaría así el género conocido como “Literatura Fantástica.”
… y hablando de asuntos fantásticos, el español Salvador Dalí (1904-1989), genial pintor surrealista y paranoico-crítico, decidió aceptar en 1958 el encargo de un laboratorio farmacéutico para crear la tarjeta navideña de la empresa. Dalí lo hizo más por amistad con alguien que trabajaba en el laboratorio que por el propio encargo. Esta relación se mantendría por muchos años, llegando a crear 19 propuestas con sus consiguientes reflexiones literarias, una breve sentencia escrita por él, testimonio indiscutible de su excéntrica personalidad. Estas imágenes se convertirían en una peculiar forma de anunciar la llegada del nuevo año. Presenta Dalí, en cada una, escenas en forma de juegos para descifrar aludiendo a la sexualidad y al ámbito onírico, evoca también temas históricos y religiosos, incluyendo siempre la presencia de numerosos símbolos y elementos emblemáticos de su obra pictórica, todos interrelacionados con la recurrente presencia del árbol navideño. Reproducciones de estas tarjetas aparecerían en el libro “Las Navidades según Dalí: 1958-1976” y serían objeto de exposición para celebrar los 100 años de su nacimiento.
Es indiscutiblemente fantástico que el reconocido zoólogo inglés, etólogo, pintor surrealista y escéptico religioso Desmond Morris (1928- ), publicara en 1992 “Tradiciones de Navidad.” Aquí nos comenta que la misa del gallo, o de medianoche, conmemorada por el mundo católico, es la más antigua de las costumbres cristianas de las fiestas navideñas. Esta misa se celebra desde el siglo V, cuando el Papa Sixto III (¿? –440) introdujo en Roma la costumbre de celebrar en Navidad tal vigilia nocturna, a medianoche, en un pequeño oratorio “ante el pesebre” ubicado detrás del altar mayor de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma. “Tradicionalmente, se celebran tres misas: la de medianoche, otra al amanecer luego de cantar el gallo y una tercera a plena luz del día”. Sin embargo, algunos consideran a la “misa de gallo” la más importante ya que, justo antes del alba, fue un gallo el que anunció el nacimiento de Cristo.
En esta fecha tan especial, esta noche de Navidad, recordemos los fantásticos eventos que hemos vivido y preparémonos con entusiasmo ante la incertidumbre del 2017.
