Un avance científico ofrece nuevas esperanzas para millones de personas que viven con Esclerosis Múltiple (EM). Los investigadores de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón (OHSU) han desarrollado un compuesto que estimula la reparación de la vaina protectora (vaina de mielina) que cubre las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal.
El descubrimiento, que fue realizado en ratones genéticamente modificados para imitar la esclerosis múltiple, se publicó en la revista JCI Insight.
La EM es una condición crónica que afecta a aproximadamente 2.3 millones de personas en todo el mundo. Durante esta enfermedad, la vaina que cubre las fibras nerviosas en el cerebro y la médula espinal se daña, lo que reduce o impide que las señales eléctricas que son ‘mandadas’ por el cerebro lleguen a los ojos, los músculos y otras partes del cuerpo.
Aunque la mielina puede volver a crecer a través de la exposición a las hormonas tiroideas, los investigadores no han seguido terapias con hormonas tiroideas debido a que se presentan efectos secundarios inaceptables. Existen varios tratamientos y medicamentos que alivian los síntomas de la EM, sin embargo, no hay cura.
“No hay medicamentos disponibles en la actualidad que vuelvan a mielinizar los axones desmielinizados y las fibras nerviosas, y el nuestro hace eso”, dijo el autor principal Tom Scanlan, profesor de Fisiología y Farmacología en la Escuela de Medicina de la OHSU.
El coautor Dennis Bourdette, presidente de Neurología en la Escuela de Medicina y director del Centro de Esclerosis Múltiple de la OHSU, dijo que espera que pasen algunos años antes de que el compuesto avance a la etapa de un ensayo clínico con personas. Sin embargo, el descubrimiento proporciona nuevas esperanzas para las personas que padecen esta enfermedad.
El descubrimiento reportado requiere, cuando se permitan los ensayos clínicos con personas, cumplir dos objetivos importantes:
- Reparación de mielina con efectos secundarios mínimos: el estudio demostró que el compuesto, conocido como sobetirome, promueve la remilenación sin los efectos secundarios graves de la terapia con hormonas tiroideas. La terapia con hormonas tiroideas no se ha probado en personas porque la exposición elevada crónica conocida como hipertiroidismo daña el corazón, los huesos y el músculo esquelético.
- Entrega eficiente: los investigadores desarrollaron un nuevo derivado de sobetirome (Sob-AM2)que penetra la barrera hematoencefálica, lo que permite un aumento diez veces mayor para su infiltración en el sistema nervioso central.
Scanlan desarrolló originalmente el sobetirome como una molécula sintética hace más de dos décadas, inicialmente con la intención de usarlo para reducir el colesterol. En los últimos años, el laboratorio de Scanlan lo adaptó como un tratamiento prometedor para una enfermedad metabólica rara llamada adrenoleucodistrofia (ALD).
Hace seis años, Bourdette sugirió probar el compuesto para reparar la mielina en la EM. Para ello, el equipo recurrió a Ben Emery, profesor asociado de neurología en la Escuela de Medicina de la OHSU. Emery se centró en las bases moleculares de la mielinización y diseñó genéticamente un modelo de ratón para probar el tratamiento.
Un “caballo de Troya”
Con resultados iniciales prometedores, los investigadores querían ver si podían aumentar la cantidad de sobetirome que penetraba en el sistema nervioso central.
Lo hicieron a través de un ingenioso truco de química conocido como estrategia de profármacos.
Los científicos agregaron una etiqueta química a la molécula sobetirome original, creando un compuesto inerte llamado Sob-AM2. El propósito principal de la etiqueta es eliminar una carga negativa que impide que sobetirome penetre de manera eficiente la barrera hematoencefálica.
Una vez que Sob-AM2 se desliza más allá de la barrera y llega al cerebro, encuentra un tipo particular de enzima cerebral que rompe la etiqueta y convierte Sob-AM2 de nuevo en sobetirome.
Los investigadores encontraron que el tratamiento en ratones no solo desencadenó la reparación de la mielina, sino que también midió mejoras motoras sustanciales en los ratones tratados.
“El ratón mostró una recuperación completa”, dijo Scanlan y se muestra esperanzado en que el descubrimiento eventualmente pase del laboratorio a la clínica.