Investigadores de la Universidad de Cornell (Ithaca, Nueva York) han creado un pez robótico con un sistema sintético (hidráulico) que permite moverse y almacenar energía para potenciar sus aplicaciones y desarrollar tareas sofisticadas y de larga duración, en un fluido al que sus inventores llaman “sangre de robot”.
Los seres humanos y otros organismos se mantienen a través de sistemas integrados. Aquéllos almacenan energía en reservas de grasa (lípidos) distribuidas por todo el cuerpo, y un intrincado sistema circulatorio que ayuda a transportar oxígeno y nutrientes a todo el cuerpo para llevarlos a billones de células.
En este sentido, los investigadores desarrollaron un robot blando con aproximadamente 40 centímetros de longitud, que no requiere de baterías sólidas, sino que es impulsado por un fluido de doble función, pues sirve para almacenar energía y permite el movimiento de las aletas.
Dicho mecanismo permite a la máquina almacenar más energía en un espacio más pequeño y ligero, para operar por períodos más largos sin la necesidad de paquetes de baterías pesados y engorrosos.
La innovación es un paso hacia la creación de robots autónomos, aquellos que pueden realizar tareas sin intervención ni guía humana, dice Robert Shepherd, robotista de la Universidad de Cornell, quien formó parte del equipo de investigación.
Este dispositivo incrementó la cantidad de energía almacenada en el robot en un 325 por ciento, en comparación con una máquina que tiene una batería y un sistema de fluido hidráulico separados, dice Shepherd, y podría funcionar durante 37 horas sin necesidad de recargar.
Los investigadores describen su máquina en un artículo publicado en la revista Nature.
En lugar de usar el fluido hidráulico convencional, que normalmente circula alrededor de las máquinas para mover sus partes, el equipo de Shepherd utilizó un fluido de batería que alimenta al robot y también una bomba para mover las aletas, haciendo que los peces naden.
Fuente: Nature
Para mayor información: “Robot circulatory system powers possibilities“. Cornell University.
Publicación: Aubin, C. A. et al. Nature