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Dormir, el hábito de salud más descuidado

Por Ángeles Vázquez

Funcionar con pocas horas de sueño en un mundo que el se vive a un ritmo cada vez más acelerado se ha convertido últimamente, en algo así como una medalla de honor.
Escuchamos con frecuencia comentarios acerca de las pocas horas que las personas duermen, como si se tratara de un enorme logro; aunque generalmente es en tono de queja, hay en el fondo un dejo de presunción por los asuntos pendientes que se resolvieron tal o cual día, no obstante haber sacrificado tiempo de sueño, sin darse cuenta de que la privación de éste redunda en graves problemas de salud.

Sistemáticamente se hacen estudios acerca de las consecuencias en la personalidad debido a la falta de descanso del cerebro, y se publican libros alertando a este problema que se ha convertido en una verdadera epidemia, sin embargo el tema no se percibe en general con la importancia que tiene, sobre todo cuando las personas sucumben ante el pensamiento de que necesitan días de 26 horas para ser mucho más productivas, sin embargo, ese tiempo extra que desearían sumar a ese día ideal, por supuesto no se usaría para descanzar.

Arianna Huffington, co-fundadora y Editora en Jefe del sitio de noticias The Huffington Post nos recuerda –en su libro más reciente- que “estamos en medio de una crisis de privación del sueño” muy generalizada y peligrosamente extendida, “con profundas consecuencias en nuestra salud, nuestro desempeño en el trabajo, nuestras relaciones interpersonales y nuestra felicidad”.

En The Sleep Revolution (La Revolución del Sueño) Arianna Huffington deja claro que las exigencias de la vida moderna nos han llevado a pensar que si dedicamos más tiempo de nuestro día a resolver las cosas que tenemos pendientes somos más eficientes. Nada más falso, una persona con sueño, para empezar, muestra un desempeño pobre en sus actividades cotidianas, además de sentirse pésima de salud e ir añadiendo malestares –achaques dirían las abuelas- que administran de común engañando a su cuerpo para siga funcionando a marchas forzadas.
Arianna Huffington es una reconocida editora, una mujer exitosa que durante un tiempo de su vida estuvo privándose del sueño para poder cumplir los objetivos de su apretada agenda, como hacen miles de individuos en todo el mundo, hasta que un desafortunado incidente a causa de falta de sueño la hizo darse cuenta del peligro que se siembra en la vida de las personas cuando le roban tiempo al sueño para dedicarselo a otras actividades, generalmente el trabajo.

En éste libro, resultado de una amplia investigación nos recuerda frases que muchas veces nos hemos repetido acerca de lo importante que es el descanso para recuperar energía, dejar descansar a nuestro cerebro, y también enciende el foco rojo acerca de las ideas generalizadas en nuestra cultura, como el hecho de que el tiempo de sueño es tiempo desperdiciado, sin percatarnos de que es exactamente al contrario, la pérdida de sueño repercute de manera negativa en nuestra calidad de vida, pone en riesgo nuestra salud, afecta el rendimiento en el trabajo al reducir la capacidad de concentración, y en general el privarse de dormir perjudica nuestra posibilidad de cumplir objetivos en el día a día e incluso trastorna la vida sexual.

The Sleep Revolution explora, desde el terreno de la ciencia, lo que sucede en nuestro cerebro cuando dormimos y soñamos, y explica los peligros de sucumbir al consumo de las pildoras para dormir que cada vez se hacen más communes en la vida diaria, porque no deja de producir trastornos de sueño, cuando lo importante sería que las personas durmieran suficiente y de manera natural, este libro es casi casi un manual para poder dormir bien y conservar nuestra salud, la autora ofrece una lista de útiles recomendaciones que hacen reconocidos científicos para tener un sueño más profundo y reparador.

Además de ser importante a nivel personal tener un buen descanso, dormir un promedio de ocho horas diarias, a nivel macro la falta de sueño se ha convertido en un problema de salud pública, como lo demuestran cada día los accidentes en las calles y en las carreteras.

Nadie parece percatarse de que una persona con sueño puede estar mareada, poco concentrada, con tiempos de reacción más lentos aún que una persona en estado de ebriedad, y tan peligrosa al volante como un alcohólico.

Según datos de la National Highway Traffic Safety Administration la fatiga es la causa de por lo menos 100,000 accidentes de carro cada año, mismos que registran un promedio de 1,550 muertes, este problema se presenta sobre todo en personas menores de 25 años.

Otros estudios en el terreno de Medicina del Trabajo comprueban que la falta de sueño o la poca calidad de sueño son la causa de accidentes y lesiones en una de las investigaciones se enontró que justo quienes trabajaban más horas extra y sólo tenían tiempo de ir a sus hogares a asearse y comer algo para regresar al lugar de trabajo eran con que con más frecuencia se accidentaban.

Decíamos que existe la creencia generalizada de que quien duerme menos aprovecha más su tiempo, los estudiantes de niveles superiores se procuran un enorme consumo de cafeína para mantenerse despiertos -sobre todo en época de exámenes-, para poder “repasar” los conocimientos, o poder estudiar y tener “más frescos los datos” a la hora de las pruebas, sin embargo, está comprobado que privarse del sueño disminuye la capacidad de pensar y de aprender.

Para empezar, el no dormir daña profundamente éste proceso cognitivo, menoscaba la atención, disminuye la capacidad de concentración, impide estar alerta, obstruye el razonamiento y por ende bloquea la capacidad de resolver problemas por sencillos que sean, una persona que no descansa, está entre el sueño y la vigilia todo el día, eso hace que se le dificulte aprender.

Otro aspecto muy importante que no se considera, durante la noche los ciclos de sueño consolidan los recuerdos en la mente. Tan sencillo como que si no duermes no vas a poder recordar lo que aprendiste y experimentaste durante el día.

En un mundo en el que los avances tecnológicos están al alcance de la mano y que los juegos de video son la fascinación de niños y jóvenes, es muy común que se desvelen jugando frente a pantallas ruidosas con luces brillantes y sonido estridente que estimulan el cerebro, además justo por el efecto de esos impulsos, los jugadores no se sienten con ganas de ir a la cama y se desvelan, con las desventajas antes mencionadas al momento de estudiar, de hecho, los médicos antes de diagnosticar Déficit de Atención en niños y jóvenes procuran prescribir una rutina de cambios de hábitos de aseo e ir a la cama temprano para no confundir el hambre de sueño con un trastorno mental que parece aquejar a un sector cada vez mayor de población.

La falta de sueño también está relacionada con las enfermedades cardiacas, los desórdenes de sueño o la privación crónica de éste puede poner a las personas en riesgo de contraer una enfermedad del corazón, un ataque cardiaco, arritmias, alta presión arterial, o diabetes.

De acuerdo con algunas investigaciones, el 90 por ciento de personas con problemas de sueño, ya sea privación crónica consciente o insomnio, presentan otros problemas de salud.

Los especialistas en trastornos del sueño son categóricos al señalar que las mujeres y hombres que no duermen suficiente reportan bajo libido y menos interés en el sexo. La baja energía, la somnolencia, y el aumento de tensión matan literalmente el deseo sexual, como resultado de privarse de sueño, la vida sexual de las personas que duermen poco como un hábito, son poco plenas.

Por si todo lo anterior fuera poco quienes se privan de dormir tienden a la depresión. El desorden más común de sueño es el insomnio, y se encontró como factor determinante en la mayoria de los pacientes de un estudio que se hizo recientemente con diez mil personas. Se comprobó con esta investigación que la pérdida de sueño y la depresión se alimentan mutuamente, los estragos físicos de la falta de descanso abonan al malestar emocional del paciente, el primer paso para resolver el problema de la depresión es tratar el trastorno del sueño.

La falta de sueño envejece la piel, quién no ha experimentado amanecer con los ojos hinchados y la piel reseca después de varios días de no dormir bien, sin embargo, cuando se trata de falta de sueño crónica, las personas corren peligro de que las ojeras, las líneas de expresión y la piel opaca se eternicen en sus rostros, esto sucede porque cuando no se tiene suficiente sueño el cuerpo secreta cortisol la hormona conocida como del estres, que en exceso puede romper el colágeno, la proteína que mantiene la piel suave y elástica.

Otro trastorno de la falta de sueño es que te hace olvidadizo, investigadores franceses y estadounidenses coinciden que durante el sueño se consolida la memoria con ondas que fijan la información en la corteza cerebral y ésto sucede durante los ciclos más profundos de sueño.

Perder sueño puede llevarte a ganar peso. Recientemente las investigaciones acerca de los efectos de la falta de sueño se han centrado en su relación con el incremento del apetito y desde luego en que sea una de las causas directas de la obesidad.
Los resultados hasta ahora demuestran que las personas que duermen regularmente menos de seis horas diarias tienen un 30 por ciento más de posibilidades de ser obesas que quienes duermen siete o nueve horas diarias. El no dormir suficiente no sólo aumenta el hambre sino la necesidad de consumir alimentos con alto contenido en grasas y carbohidratos.

Las cifras de personas que no duermen suficiente son alarmantes, según una encuesta reciente de Gallup el 40 por ciento de los adultos en éste país estan muy por debajo de las siete horas recomendadas, lo que demuestra que el sueño es uno de los habitos de salud a los que se les concede menos importancia. Habrá que comenzar por cambiar la noción de que dormir es una pérdida de tiempo.

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