En los últimos tiempos, las migraciones transfronterizas y sus consecuencias para los países receptores han concitado un elevado nivel de atención mundial. Sin embargo, se reconoce con mayor frecuencia que la cantidad de personas que migran dentro de sus propios países es mucho mayor que la de quienes atraviesan fronteras. Dichas personas, se trasladan por motivos diversos, incluyendo los económicos, sociales, políticos y ambientales.
En la actualidad,el cambio climático se ha convertido en un poderoso motor de las migraciones internas, que impulsa a una mayor cantidad de personas a trasladarse desde zonas vulnerables a otras áreas más viables dentro de sus países, con el fin de construir vidas mejores.
La escala de las migraciones internas provocadas por impactos climáticos aumentará hasta el año 2050 y luego se acelerará, salvo que se adopten medidas concertadas en materia de clima y desarrollo.
Es probable que dentro de los países surjan “puntos críticos”de inmigración y emigración inducida por el clima. Esto tendría consecuencias significativas para los países y para la planificación del desarrollo futuro.
La migración puede ser una estrategia de adaptación al cambio climático si se gestiona cuidadosamente y se respalda mediante políticas de desarrollo adecuadas e inversiones específicas.
Las migraciones internas provocadas por impactos climáticos pueden ser una realidad, pero no tienen por qué convertirse en una crisis. Si se adoptan medidas en tres áreas principales, se podrá reducir el número de personas que se ven forzadas a mudarse en situaciones de emergencia.
Reporte completo: http://hdl.handle.net/10986/29461