Por Karina Escamilla
Por fin diciembre , muchos esperan que se acabe 2016 y que 2017 nos traiga mejor suerte. Año par o año non. En realidad no recuerdo cual prefería mi padre, que siempre decía que uno era mejor que otro.
Lo cierto es que 2016 ha sido un año de perdidas, de muertes de las personas que marcaron historia y sobre todo que nos enseñaron a través de sus vidas, y de su arte a vivir hasta el ultimo instante con intensidad, dejándonos un legado y de cierta forma enseñándonos a morir.
Y es así tanto David Bowie a sus 69 con su Black Star (Estrella Negra) y Leonard Cohen a sus 82 You want it Darker (Lo quieres mas oscuro) nos dejan en sus últimas producciones musicales, en sus líricas una reflexión sobre la mortalidad. Y con sus propias vidas marcadas por el cambio, Bowie la esencia del camaleón, el reinventarse todo el tiempo Time may change me. But I can´t trace time. (El tiempo puede cambiarme. Pero yo no puedo rastrear al tiempo), citando así la letra de su canción Changes de 1972, estando siempre a la vanguardia del arte y apoyando a artistas nuevos y nuevas tecnologías, desde su personaje Ziggy Stardust, sus videos y sus presencia en la cinematografía, desde El hombre que cayó a la tierra 1976, pasando por el rey de los Goblins en Laberinto 1986 y ser Poncio Pilatos en La última tentación de Cristo 1988 de Martin Scorsese; siempre colaborando hasta el fin de sus días murió unos meses después de estrenar el musical Lazarus donde escribió la letra y la música. David Bowie era un artista incansable, con un sentido de la estética y lo visual impresionante y sobre todo un gran colaborador, como no recordar Under Pressure con Queen o Dancing in the Streets con Mike Jagger. Bowie vivió una vida muy prolifera y de mucho trabajo, siempre cambiante.
Y adios también a Leonard Cohen el poeta, el escritor y pintor que dejo los libros para cantar y seducir con su voz y la profundidad de su letras, el hombre que nació con la voz de oro (Golden voice) aquel que cuando las mujeres lo escuchaban se rendían a sus pies. Su cambio fue más tardío a los 33 empezó a cantar, no fue tan prolífico, tuvo un descanso en el que se volvió Monje Zen y después cuando tenia 73 regreso a los escenarios para resarcir sus finanzas después de ser desfalcado por su representante y amiga. Pero como decía el mismo en su Anthem , Hay una grieta en todo, es así como entra la luz. Y así por estas difíciles circunstancias tuvimos mas de este poeta, quien en sus conciertos empezaba con puntualidad y cantaba por horas completas, entero y con una voz que encantaba y estremecía a la vez. Cohen tuvo una vida de cambio nunca se casó pero tuvo amoríos que inmortalizó en sus canciones, amigos entrañables colaboraciones con Bob Dylan, sus canciones han sido protagonistas en varias películas, sólo para mostrar un ejemplo Every body knows en Exótica de Atom Egoyan 1994, su Hallelujah se canto en las olimpiadas de Vancouver en 2010, la profundidad de sus letras y su pensamiento también han quedado como legado en su trabajo. Cohen tuvo dos hijos, Adam y Lorca, en honor al poeta por supuesto, con el primero produjo su último disco, donde lo escuchamos despedirse Hineni, Hineni, I am ready my lord. ( Estoy listo Señor )
También este año se fueron Juan Gabriel, Prince, Muhammad Ali, y finalmente Fidel Castro quien cierra con su muerte un capítulo de la historia del siglo XX.
Cada uno de los mencionados nos enseñaron a través del paso por la vida y a través de su existencia el cambio, sea bueno o malo para algunos. Nunca me permitiría comparar a ninguno entre ellos ya que fueron seres únicos que formaron parte de la historia y lo que tienen sólo en común es el año de su muerte 2016.
Si, todo tiene un fin, quizá como decía Castro que La historia lo absolverá. Tal vez no. Y recordar que lo importante en la vida son tus acciones, como decia Muhammed Ali , “el servicio que haces por los demás es el alquiler que pagas por tu habitación aquí en la Tierra”.
O citando la canción de Prince, Purple Rain:
Sé que los tiempos están cambiando
Es hora de que todos lleguemos para algo nuevo, eso significa que tú también.
Y despertar cantando y recordando con cariño lo entrañable de las letras de las canciones de Juan Gabriel.
Buenos días alegría, buenos días al amor, buenos días a la vida, buenos días señor sol.
Y así quedarnos con las obras y legados de las personas con las que hemos compartido parte de la historia de nuestras vidas recordando lo positivo que han marcado en nuestras vidas. Y agradeciendo su trabajo, aprendiendo del cambio y que nunca se es demasiado viejo para volver a empezar y reinventarse.