La Película, cuando llegue, podría ser un churro, o quizá una obra de arte, lo que resulta indudable es que la historia de la vida de Joaquín Guzmán Loera supera sin problemas a la imaginación literaria.
En 1957, nació en la pobreza, como todos en Badiraguato, la entrada a la sierra sinaloense donde, gracias a un gran acuerdo binacional, diseñado por la CIA, operado por la Mafia y amparado por la corrupción de autoridades mexicanas, se levantó la principal fuente de abasto de morfina y heroína para los soldados que regresaban de la Segunda Guerra Mundial.
Bajito de estatura, de ahí lo de El Chapo, creció en el entorno popular de Culiacán, donde la profesión más prospera era el negocio de la fayuca, el contrabando de mercancías no autorizadas entre México y Estados Unidos. Prosperó gracias a su talento natural y el amparo del imperio criminal de “Don Miguel Angel Gallardo”. En los 80´s y 90´s, cuando Estados Unidos se convirtió en una aspiradora gigante de cocaína y aprovechando la guerra de la DEA contra los cárteles colombianos, El Chapo alcanzó rango de general en la estructura criminal mexicana.
En la guerra por el control de Tijuana del 92-93 entre su organización y la del cártel de los Arellano Félix, El Chapo iba a ser asesinado en el Aeropuerto de Guadalajara el 24 de Mayo del 93. En su lugar perdió la vida un cardenal. Mientras los criminales abandonaban el lugar sin mayores problemas y con presunta protección al más alto nivel, El Chapo fue objeto de una cacería feroz que concluyó con su arresto en la región fronteriza de México y Guatemala.
Siete años más tarde, en los primeros días del 2001, protagonizó su primera fuga de un penal de “Alta Seguridad” para convertirse en el principal jefe del cartel de Sinaloa, el más poderoso del mundo, según las autoridades de este país. Durante la siguiente década su imperio creció a un punto en que la revista Forbes lo incluyo en su lista de los hombres más ricos del mundo. En la llamada “Guerra de Calderón” que sacudió todas las estructuras criminales mexicanas (incluidos sus 60 mil muertos), El Chapo fue perseguido, pero nunca capturado. Fue hasta febrero del 14, a poco del del regreso del PRI a los Pinos cuando, sin un disparo, fue capturado una vez más.
Su segunda fuga (Julio 11, 2015), su “romance epistolar” con la actriz Kate del Castillo, encuentro con el actor Sean Penn y su segunda captura (Enero 8, 2016), forman parte ya de la gran crónica del México actual. Su extradición a una prisión en Nueva York el último día de la Administración Obama y víspera de la era Trump, serán el gran epílogo de esta singular historia.