Main Street es la calle típica de Estados Unidos. Tan Americana como la tintorería de chinos, la taquería mexicana, la pizzería italiana, la pastelería iraní, el salón de belleza coreano, y la vinatería rusa.
En el país hay casi 10,500 calles con ese nombre. Casi siempre son el corazón del pueblito o distrito comercial en el centro de la gran ciudad. Y siendo esta una nación fundada por inmigrantes y renovada por las diferentes olas de recién llegados a través de su historia, no debería ser sorpresa que son justamente los inmigrantes quienes mantienen Main Street vibrante.
“En los Estados Unidos entre el 2000 y 2013, incluidas 31 de las 50 principales áreas metropolitanas, los inmigrantes representan todo el crecimiento en los llamados negocios de Main Street, de acuerdo con un nuevo estudio basado en datos del censo”, publicó recientemente Miriam Jordan en el periódico The Wall Street Journal.
Incluso en estos tiempos en que gigantes como Wal-Mart o Costco han logrado controlar cadenas productivas completas a nivel global, los pequeños negocios, y en particular el pequeño comercio sigue siendo el motor que mueve la creación de empleo y consumo del país.
De acuerdo con el estudio del Fiscal Policy Insitute, en el 2013 un tercio de todos los negocios pequeños e independientes eran propiedad de un inmigrante.
Y siguen siendo los inmigrantes el principal segmento de emprendedores que han abierto casi la totalidad de los pequeños negocios que caracterizan este importante segmento de la economía. Sobre todo los inmigrantes asiáticos, pero también los Latinos, son quienes más empleo generan y mantienen viva la ilusión de que éste es un país de clases medias. Juntos los dos grupos representarán en un par de años una formidable fuerza económica de $2.7 trillones de dólares, dicen las cifras del Centro Selig para el Crecimiento Económico de la Universidad de Georgia.
Destacar la importancia de la economía Hispana resulta esencial para entender el meollo del momentum Latino que vive el país. Pues es el camino del dinero el que muy probablemente termine de abrirles las puertas de este país.
La retórica y la realidad
Estados Unidos se precia de ser un país excepcional. De ser la tierra de la libertad y la democracia. Una nación de valores profundos en la que todos somos iguales en nuestro derecho a buscar la felicidad.
Más allá de la retórica y los discursos, este país lleva en su DNA la esencia misma del capitalismo: la ambición y el individualismo. En ese contexto, los nuevos Americanos, los Latinos, comienzan ya a comunicarse en la lengua universal de nuestro tiempo: el idioma dinero.
Son varios los secretos detrás del momentum Latino:
La plena integración al mainstream Americano de 55 millones de personas significativamente más jóvenes que el resto de la población.
Su enorme potencial político de 25 millones de votos que podrían definir el balance del poder por toda una generación.
Su presencia es importante en el mercado laboral, pues son el segmento con mayores índices en ese campo en todo el país. Y gracias a la educación donde también avanzan, cada día ocupan espacios de mayor influencia.
Y, quizá el más importante en término crudos pero muy concretos, es su valor económico: un poder de compra anual actual de 1.5 millones de millones dólares, y que crece en 100 mil millones cada año.
Los números hablan
La demografía manda (demography rules). Para realmente entender algo es necesario poder ver la película completa. Por ello, al considerar el rol actual de los Latinos en Estados Unidos es necesario poder considerar algunos números.
Y si a nivel global es verdad que el gran pilar sobre el cual China se levanta como la gran potencia de este siglo es que constituye un mercado de 1 mil 400 millones de personas, a nivel Estados Unidos, una importante ventaja de los Latinos son sus números.
No solamente son 55 millones de personas, sino además son más jóvenes que el promedio nacional por más de una década y por ende, su crecimiento –aún en el caso de que no llegara un sólo nuevo inmigrante desde el sur, los llevará pronto a convertirse en un tercio de la población total del país.
Y si en el mundo de los políticos todavía hay posiciones encontradas, en el ámbito de los negocios hay un gran reconocimiento que son la minoría que más crece, un mercado con un poder de compra de 1.5 trillones… y que en el 2017 serán 1.7, según el más reciente reporte del Centro Selig.
Además, su crecimiento no ocurre solamente en las grandes ciudades como Nueva York, Los Angeles o Chicago, donde desde hace años los canales de televisión de más audiencia son lo de la televisión en español (no necesariamente por la calidad de su contenido) sino a lo largo y ancho de todo el país. De hecho, en los últimos 13 años la población Latina se ha duplicado en 28 estados del país.
Su crecimiento no es solamente estadístico. A contracorriente de los estereotipos más simples, desde el año 2000 el porcentaje de hispanos con ingresos superiores a los 100 mil dólares anuales pasó de un 7 al 13 por ciento.
Si fueran una economía independiente, el U.S. Latino sería un ingreso per cápita mayor que cualquiera de los países del llamado BRIC (Brasil, Rusia, India y China) y por supuesto superior a la inmensa mayoría del resto de los países del planeta.
Su poder de compra tiene ya un impacto crucial en diversas industrias, como la del entretenimiento. Por ejemplo el cine, donde los Latinos compran una cuarta parte de todos los boletos que esa industria vende. En alimentos consumen poco más de 90 mil millones de dólares cada año.
E incluso en el mercado de bienes raíces se espera que lo que ya sucede desde hace tiempo en ciudades como Atlanta, Chicago, Los Angeles y otras, también ocurra a nivel nacional: que los Latinos compren la mayoría de las nuevas casas en venta.
“El futuro de la economía de Estados Unidos dependerá de los Hispanos por virtud del cambio demográfico y las transformaciones sociales y culturales que acompañen su crecimiento”, sostiene un estudio reciente de Nielsen sobre el tema.
El futuro de la cultura americana tendrá un fuerte sabor Latino, dice la misma empresa, la líder mundial en medición de audiencias.
Definidos por el uso del español, su consumo mediático y uso de las nuevas tecnologías de la comunicación, los nuevos patrones del consumo Latino tendrán un impacto mayor en toda la economía del país.
El secreto detrás del dinero
Un tema conocido por casi la totalidad de los Latinos y que los expertos han descubierto hace muy poco es que detrás de ese formidable poder de compra —mayor que el de 183 países del mundo–, el gran secreto es uno y solamente uno: el trabajo duro de su gente.
Como ha ocurrido una y otra vez en la historia de Estados Unidos y sus inmigrantes, los Latinos llegaron a ganarse su lugar ocupando los trabajos más pesados y casi siempre en las peores condiciones.
Los inmigrantes representan el 13% de la población del país y el 16% de su fuerza laboral. Y se espera que lleguen a un 20 por ciento en 2020.
Y entre los inmigrantes, son los Latinos quienes mayor presencia tienen en el mercado laboral (el 66 por ciento del total trabaja) . Además, trabajos gerenciales bien pagados y empleos como profesionistas son las categorías que más rápido crecen en esta comunidad. Lo cual por supuesto viene de la mano de su mayor involucramiento en el tema de la educación.
Por cierto, la brecha educativa entre los Latinos y otros grupos se cierra cada vez más.
De acuerdo con o que dice la Oficina del Censo, los casi 30 millones de trabajares extranjeros registrados en el país representan poco menos del 17 por ciento de la fuerza laboral nacional.
Y en algunas industrias, por supuesto, su presencia es mucho mayor: 40 % en agricultura, 36 % en mantenimiento y limpieza, 26 % en construcción y extracción, 23 en preparación y servicio de comida, y 20% en ocupaciones relacionadas con computación y matemáticas.
Por supuesto que del hard work al smart work hay mucho trecho… en un mundo en el que el recurso natural más valioso es el conocimiento, los Latinos también avanzan en esa pista. 2014 fue el primer año en que ingresaron a la universidad más estudiantes latinos que blancos. La tendencia se mantendrá al menos por los próximos 15 años.
Y como paso en su tiempo con los suecos, los italianos, los alemanes, los irlandeses y muchos otros, después del sacrificio de la primer generación de inmigrantes, los Latinos comienzan a brillar en otros espacios.
En el paraíso del consumismo que es este país no es casualidad que el poder de compra Latino este creciendo a un 7.5 por ciento anual (más del doble del 2.8 del promedio nacional). Tan sólo entre el 2007 y el 2013 creció en un 45 por ciento, para alcanzar los $1.4 trillones.
Solamente un país en el que el poder de compra nacional supera los $12 trillones ha sido posible que el crecimiento de la economía Latina haya pasado inadvertido para algunos. Y así ocurrió hasta que la propia dinámica del crecimiento económico ha llevado a la búsqueda de nuevos mercados.
Ante el estancamiento natural del crecimiento de los Baby boomers, las grandes corporaciones de este país buscaron en China su siguiente gran salto. Pero ante los retos que allá enfrentan, la mayoría mira ya hacia los dos mercados que más crecen dentro del país, los Latinos y los Asiáticos.
Ambos identificados claramente por el factor de la migración –desde hace más de un lustro entran al país más inmigrantes que vienen de Asia que de América Latina–, ambos con grandes retos en términos culturales y de lenguaje, son los mercados en expansión que más crecen.
Con una expansión de un 165% entre el 2000 y el 2012, en el 2017 la inmigración asiática tendrá un poder de comprar de $1 trillón. Lo cual sumado al valor del mercado Latino es… muchísimo.
Por supuesto que los retos son muchos todavía, pero la ruta parece clara.