Entre los argumentos centrales que ofreció para cancelar las obras por casi 15 mil millones de dólares del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el próximo presidente mexicano enfatizó la protección de los patos que viven en el lago de Texcoco.
Dijo que además de obedecer el mandato de sus seguidores –700 mil votaron en una consulta pública por ampliar un aeropuerto militar cercano a la capital–, el presidente Obrador presentó su decisión como la demostración de que se acabó la corrupción en México. Según dijo, la reactivación de aeropuertos cercanos generará ahorros públicos por más de 5 mil millones de dólares.
La construcción de un nuevo aeropuerto con capacidad de mover anualmente entre 30 y 70 millones de pasajeros ha sido por casi 20 años una especie de símbolo de los niveles de confrontación social y política en la élite política del país. Ahí nació el movimiento “En defensa de la Tierra” que, machete en mano, exigía la defensa del medio ambiente.
Principal obra pública del gobierno de Enrique Peña Nieto, el proyecto del NAICM fue utilizado como una de las principales banderas de campaña del candidato Andrés Manuel López Obrador, quién sostiene que tanto en el 2006 como en 2012 la mafia del poder le arrebató la presidencia. Entre las evidencias del fraude anterior, el presidente electo presentó físicamente a varios animales de granja: chivos, gallinas y por supuesto, patos.