Para muchos, primavera quiere decir, sol, calorcito, poca ropa y, por supuesto, playas, arena y más sol.
Después del agobio de un invierno particularmente crudo y difícil, llegó una más el momento de poner nuestra atención en las maravillas de la naturaleza: el regreso de la vida en un estallido verde con que, casi de la noche a la mañana, los paisajes secos y helados se transforman en una fiesta de colores que todo lo invade.
Ante el milagro del nuevo ciclo de vida, vale la pena poner atención a los efectos que el cambio climático provocado por la mano del hombre ha tenido en nuestro planeta: más de 700 mil personas muertas, $1.4 trillones en pérdidas económicas, solamente en la última década.
De mantenerse el actual ritmo de depredación, en un par de generaciones buena parte de las costas del mundo desaparecerán a consecuencia del crecimiento de los niveles del mar a consecuencia del aumento en los niveles del mar. El daño será particularmente severo en el Pacífico sur, donde diversos países desaparecerían del mapa mundial.
Por ello, en esta temporada de descanso primaveral, vale la pena disfrutar la belleza natural de nuestras playas. Y tomar muchas fotos. No sabemos realmente si podremos heredar estos tesoros a nuestros hijos y nietos. [nggallery id=1 ]