Michel Olguín Lacunza
Las leyes de la física nos dicen que ningún objeto viaja más rápido que la luz (300 mil km por segundo). Sin embargo, durante décadas la humanidad ha soñado con encontrar un modelo que nos permita romper esta regla.
Pero, Miguel Alcubierre Moya, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, encontró una fórmula matemática que permite romper esta regla de la física “haciendo trampa”.
Si quisiéramos llegar a Alpha Centauri, una estrella que se encuentra a cuatro años luz de nuestro sistema solar, con el modelo de Alcubierre llegaríamos en segundos.
La explicación se publicó en 1994, en un artículo titulado “The Warp Drive: Hyper-fast Travel Within General Relativity”, en el que Alcubierre Moya desafía teóricamente la velocidad de la luz.
El investigador concibió una serie de ecuaciones derivadas de la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein. “De acuerdo con esta hipótesis, la gravedad es una deformación de la geometría del espacio-tiempo, y permite la expansión del Universo”.
Desde hace más de 80 años, se sabe que el universo se expande, las galaxias se encuentran en reposo y el espacio entre ellas crece a cada segundo.
Por ello, diseñó un truco para saltar en el espacio. La idea consiste en colocar una nave espacial dentro de una burbuja; detrás de ésta el espacio-tiempo se deformaría extendiéndose para empujar, mientras que en la parte delantera de la burbuja el espacio-tiempo sería contraído para llegar a su destino.
Así, la nave se movería sin moverse, porque el espacio se expande y se contrae, donde además no hay un límite para la velocidad.
Teoría Especial de la Relatividad
Albert Einstein publicó en 1905 la Teoría Especial de la Relatividad, que tiene como consecuencia justo esta idea: Nada viaja más rápido que la luz, explicó el académico universitario.
En la Tierra pareciera que la luz se mueve de forma instantánea (300 mil km por segundo). Por ejemplo, encendemos el switch y en menos de un segundo la habitación se ilumina. Lo mismo pasa cuando charlamos por teléfono: la conexión es instantánea.
Sin embargo, en el Universo las distancias son astronómicas, es decir, enormes. En el caso de la luz que proviene de nuestro Sol, tarda ocho minutos en llegar a la Tierra, pero si tratáramos de llegar a Alpha Centauri, la estrella más cercana al Sistema Solar, tardaríamos cuatro años-luz.
Otro ejemplo es la Vía Láctea, galaxia que está a 2.5 millones de años-luz de la galaxia de Andrómeda, que es la más cercana a nosotros. Las galaxias más lejanas que podemos ver desde nuestros telescopios están a diez mil millones de años-luz.
En el contexto espacial, la velocidad de la luz es muy lenta, lo que representa un problema muy serio si quisiéramos viajar a otros planetas. Por ejemplo, no podemos controlar instantáneamente al robot Curiosity que está en Marte.
Cuando está ubicado frente a la Tierra se encuentra tan lejos que la señal tardaría veinte minutos en viajar de ida y vuelta. En cambio, cuando está del otro lado del Sol, la señal tardaría una hora. “No lo podemos controlar”.
“Por eso, se mandan las instrucciones por adelantado, y a cruzar los dedos para que todo salga bien”. Lo mismo pasa con las sondas enviadas para tomar fotos a Júpiter y Saturno. En el espacio, en ocasiones la velocidad es algo serio.
Desafiar teóricamente la velocidad de la luz
Cada mañana me levantó a las seis de la mañana y llego al trabajo a las nueve. Pero esta cronología nunca pasará al revés, es decir, que primero llegué al trabajo y luego me levanté temprano, porque se violaría la causalidad. Esto no es posible dentro de las leyes de la física, explicó el académico universitario.
Si algo pudiera moverse más velozmente se violaría la causalidad, es decir, las causas ocurrirían después de los efectos. Por ejemplo, podríamos llegar al pasado, pero en nuestro universo eso resulta imposible.
Varios teóricos de la física realizaron estudios y encontraron que la velocidad de la luz siempre es la misma (300 mil km por segundo), sin importar cómo se mueva el planeta.
A partir de este planteamiento, Einstein decidió postular lo siguiente: El tiempo es relativo, es decir, no fluye al mismo tiempo para todo el mundo, sino que depende de qué tan rápido me esté moviendo. Además, nada puede viajar más rápido que la luz.
Toda la física moderna está basada en la relatividad, incluso, la teoría cuántica. La teoría de Einstein tiene más de cien años y nunca ha fallado en los experimentos llevados a cabo en diversos laboratorios del mundo. “No tenemos ninguna duda de que la teoría es correcta”.
Sin embargo, teóricamente se puede hacer trampa y viajar en segundos de un punto a otro del universo a través de la Métrica de Alcubierre.
Aunque la métrica tiene una grave falla porque para realizarla sería necesario usar energía negativa del tamaño de un planeta. Hasta donde se sabe, no existen la materia o energía negativas, aunque pueden concebirse teóricamente, concluyó el especialista.
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