Rafael Paz / Emiliano Sánchez
“Tomar un poco de sol, entre 10 a 12 minutos, ya sea de manera cotidiana o cuando salimos de vacaciones, se considera relativamente sano y seguro”: Rodrigo Roldán Marín, responsable de la Clínica de Oncodermatología de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Miles de mexicanos aprovechan el periodo vacacional para visitar alguna de las bellas playas del país y así descansar de sus actividades cotidianas. Entre estos vacacionistas, un buen número decidirá tomar el sol, broncearse para tener un color de piel más atractivo o simplemente disfrutar de la temperatura del ambiente. Sin embargo, ¿qué tan segura es la exposición para nuestra piel?
Rodrigo Roldán Marín, responsable de la Clínica de Oncodermatología de la Facultad de Medicina, afirmó que “tomar un poco de sol, entre 10 a 12 minutos, sea de manera cotidiana o cuando salimos de vacaciones, se considera relativamente sano y seguro”, ya que este periodo ayuda al cuerpo a sintetizar toda la vitamina D que necesitamos para absorber calcio. “Eso no implica caminar semidesnudos por la ciudad; con exponer el dorso de las manos y la cara es más que suficiente”, añadió.
No obstante, recalcó el especialista, pasar de ese límite temporal –de 10 a 12 minutos– podría representar un peligro para la salud de nuestra piel. Así lo explicó: “cuando salimos de vacaciones y queremos buscar un bronceado, es decir, que la piel se pigmente o se haga más oscura, eso, definitivamente, no tiene nada de sano. Esa pigmentación, el oscurecimiento, es un mecanismo de defensa de la piel contra los efectos nocivos de la radiación ultravioleta emitida por el sol.”
“Los riesgos más evidentes, los que la mayoría conoce, son las quemaduras solares, donde la piel se enrojece, se inflama y arde. Pueden ir desde enrojecimiento y ardor, hasta llegar al grado de generar ampollas. En cuanto a estas quemaduras solares, diría que lo menos importante es la quemadura, porque probablemente en una semana o 12 días se resuelve cuando se descama la piel y se genera piel nueva, y a la gente se le olvida el problema. Sin embargo, la piel tiene memoria y esas quemaduras de sol generan un daño permanente e irreversible, que seguramente se va a manifestar en 10, 15, 20 o hasta 40 años después como manchas, arrugas y, según la genética y el daño solar acumulado, puede dar lugar a cáncer cutáneo”.
¿Cómo protegerse?
Antes de partir a la playa o el lugar soleado que hemos elegido para disfrutar de nuestras vacaciones, Roldán Marín recomienda adquirir “un bloqueador solar, eminentemente mineral, ya sea con óxido de zinc o dióxido de titanio; hay que replicarlo, si estamos en la playa y no estamos acostumbrados a exponernos al sol, más o menos cada dos a tres horas o después de nadar o secarse con una toalla”.
“No es necesario parecerse a Drácula y vivir de noche; lo que sí es imperativo es sentido común. Es como si le decimos a alguien que deje de comer porque comer provoca caries: va a decir ‘Oiga, eso no tiene sentido, porque me voy a morir de hambre’. En cambio, sí podemos hacer un hábito cotidiano el cepillado dental para evitar las caries. Aquí es algo parecido; no le vamos a decir a alguien que huya del sol porque hace daño. Sí tiene un efecto nocivo, pero, más bien, lo que tendríamos que hacer es adoptar medidas que eviten o minimicen esos riesgos y efectos nocivos del sol. ¿Qué significa esto? Tratar de evitar la exposición solar directa entre las 11 de la mañana y las 5 de la tarde”, apuntó.
“Preferentemente hay que estar bajo la sombra en la palapa, idealmente usar lentes oscuros y, si se puede, manga larga o pantalón largo/falda larga. Si vamos a una zona de calor, lo ideal es utilizar un textil natural con algodón o lino para evitar, justamente, el exceso de calor. Hay que tener en cuenta que el mejor protector solar es la ropa. En las mujeres sobre todo, aunque los varones también, se recomienda usar un sombrero de ala que nos proteja no sólo el rostro y la nariz, sino también las orejas y los hombros”.
Además, aconsejó exponerse al sol “en la mañana o salir a caminar a la playa a la hora que está saliendo el sol o después de las 5 de la tarde, a la hora de la puesta de sol, cuando el sol no es tan intenso, no quema y no arde la piel”.
Prohibido usar bronceadores
Décadas atrás los turistas tenían la costumbre de untarse “aceite de coco, aceite de zanahoria, Coca-Cola o hasta este aceite Mennen” para obtener un mejor bronceado, recordó el médico cirujano. “En realidad, debemos insistir en que cualquiera de estas medidas que favorezcan la pigmentación y el oscurecimiento de la piel sólo aceleran o provocan el daño. Lo ideal es utilizar un protector solar de farmacia, con factor de protección mínimo del 30, y hay que aplicarlo cada tres horas más o menos”.
Los pacientes que sufran una quemadura cutánea deben acudir a un especialista para ser atendidos. Mientras tanto, aconsejó Roldán Marín, deben “evitar seguir exponiéndose al sol. Hay que buscar estar en resguardo, bajo techo en la sombra, y no exponerse más. Idealmente, quedarse en un baño en tina o en regadera con agua tibia o fría, no agua caliente, lo más templada o fría que se tolere; eso va a disminuir el ardor. Y hay que estar hidratando la piel con una crema blanca, no perfumada”.
¿Opciones naturales o de farmacia?
Antes de comprar un bloqueador natural u orgánico, debemos comprobar qué tipo de protección ofrece. Sin embargo, para el dermatólogo, “cualquier producto que se venda con estas características, de ninguna manera cumple con los criterios de calidad con los que debe cumplir un protector que se vende en farmacia. Por mucho que estos productos naturales orgánicos te digan que su factor de protección solar es de 50, obviamente el control de calidad no es equivalente al de un producto que se vende en farmacia”.
“Lo primero que yo haría es poner en duda si ese producto natural orgánico realmente me va a brindar esa protección. En este sentido, trataría de incentivar a la gente a buscar un protector solar de farmacia, ni siquiera los comerciales, es decir: no el que compras en el supermercado o la tiendita del hotel, sino realmente ir a una farmacia y buscar un producto que sea lo más medicalizado posible”.
Un último consejo
“Simplemente hacer hincapié en que el principal factor de riesgo para desarrollar cáncer en la piel es justamente la exposición solar”, subrayó el especialista. Y agregó: “no hace falta dejar de disfrutar las vacaciones, pero hay que hacerlo bien protegido, y hay que promover la cultura de que la gente vaya a revisarse la piel con el dermatólogo, al menos una o dos veces al año”.