Éxodo es un texto tradicional que conforma el segundo libro de la biblia. Narra la esclavitud del pueblo hebreo a manos de los egipcios. También habla sobre su posterior liberación guiados por el profeta, legislador y líder espiritual Moisés, quien, encomendado por Yahveh, los conduciría hacia Israel, la tierra prometida.
En el judaísmo, este texto tradicional es conocido como Shemot o “nombres”. Será en la Biblia Griega, también conocida como Septuaginta, donde es titulado como Éxodos. Una vez se traduce la Biblia al latín, se adoptará el nombre exŏdus para referirse a este particular texto. Diferentes transformaciones necesarias para cada idioma al cual se traduciría el conjunto de libros canónicos del judaísmo y el cristianismo, culminaría con el título con el cual lo conocemos hoy en día: Éxodo.
El propósito primordial de este libro es narrar una epopeya que intenta mantener viva en la memoria del pueblo hebreo uno de los relatos primordiales en su fundación como nación. Conjuntamente con el hecho de escapar de Egipto, los israelitas adquieren total conciencia de su origen y su unidad étnica, filosófica y nacional. Este libro también ayuda a establecer las bases litúrgicas en la religión judía.
Tradicionalmente, tanto judíos como cristianos, han atribuido a Moisés la narrativa de este libro, junto a los otros cuatro que componen el Pentateuco (los cinco primeros libros de la biblia).
Curiosamente, varios investigadores han planteado que tal Éxodo nunca existió. Décadas de estudios arqueológicos en diversas regiones del medio oriente y Egipto no han arrojado ninguna evidencia que indique la existencia de tan espectacular evento. Por otro lado, existe la certeza que en la región de Canaán (zona entre el Mediterráneo y el río Jordán que actualmente se corresponde con Israel, Palestina, parte de Jordania y ciertas áreas de Siria y Líbano), la Tierra Prometida, ya existían asentamientos protoisraelíes mucho antes que la supuesta fecha del éxodo desde Egipto.
Ahora bien, el Diccionario de la lengua española define la palabra Éxodo como “Emigración de un pueblo o de una muchedumbre de personas.” Algunas corrientes anticapitalistas libertarias relativamente recientes, la definen específicamente como la “huida de condiciones de opresión hacia alguna otra situación en el espacio o en el ámbito de las relaciones humanas que se espera sea mejor”.
Si observamos históricamente a Venezuela, podemos notar que numerosos inmigrantes de diversas nacionalidades se residenciaron en esa nación. Venidos principalmente de Europa, luego de la Segunda Guerra Mundial, y de Latinoamérica, huyendo de las dictaduras Latinoamericanas de los 60s y 70s, ayudaron a desarrollar al país. Luego de 1998, el comandante galáctico “pateó” el desarrollo y destruyó todos los factores productivos, fomentó la violencia y patrocinó una corrupción hoy incontrolable. Su heredero provocó la falta de alimentos y de medicinas, creando una crisis humanitaria que no reconoce. La salida masiva de venezolanos que comenzó con el chavismo, se acelera con el madurismo. Extraoficialmente, algunos calculan que más de 4 millones se han ido desde el comienzo de tan fallida “revolución.” Esto es una clara evidencia de otro Éxodo.