Con más de mil millones de dólares en ganancias, la serie de Fast and Furious muestra el rostro callejero de Los Angeles como un sueño dorado de alcance global.
No es difícil entender que en la vida real los pandilleros de East L.A. no manejan automóviles que cuestan varios millones de dólares, que los mecánicos no realizan operaciones secretas para la C.I.A. o que tampoco participan en carreras clandestinas animadas por espectaculares modelos.
Más allá de criticar la glamourización de la violencia, el reforzamiento de los más clásicos estereotipos sobre las minorías que rodean Hollywood, quizá valga la pena darnos un momento para reconocer el enorme éxito comercial de una de las fórmulas más exitosas en la historia del cine comercial. Con 7 películas en 9 años, la franquicia ha generado poco más de $1,150 millones de dólares en taquilla en todo el mundo.
Tan sólo la última, Furious 7, produjó $336 millones, antes incluso de estrenarse en China o Rusia. Y lo mejor quizá para Universal Pictures, la empresa que ha producido la serie, es que a diferencia de otros grandes éxitos recientes (como Avengers, Harry Potter, El Señor de los Anillos, etcétera) en este caso no tienen que pagarle regalías a nadie más. La historia es suya, hecha en casa. Quizá en los muchos barrios Latinos y afroamericanos que dominan el paisaje del sur de California.
Para quienes valoran el cine como arte, seguramente puede resultar hasta un insulto la descarada comercialización de gran cantidad de marcas en los pequeños descansos de diálogo ente una vertiginosa escena de acción y la siguiente. Pero el hecho es que estas películas atraen multitudes a las salas cinematográficas.
Por su contenido y dinámica no debería ser una sorpresa su particular éxito entre el público hispano. De los casi $150 millones generados dentro de Estados Unidos en su primer fin de semana, más de una tercera parte de quienes vieron Fourious 7 fueron latinos; esto es, casi tres veces por arriba de su presencia demográfica en Estados Unidos.
Quizá lo más relevante es que, en mucho gracias a Hollywood, la imagen callejera idealizada del Latino del Sur de California se vuelve cada día más un modelo para cientos de millones de muchachos y muchachas jóvenes en todo el planeta. A nivel mundial la película fue el cuarto debut más exitoso en taquilla en toda la historia del cine.
En este caso, más allá del encanto cuasi morboso de la última presentación en pantalla de Paul Walker (quién murió en el 2013 en un accidente automovilístico a los 40 años de edad), fue el regreso de Michelle Rodríguez, la chica linda de la película, al mundito de su “Familia”, así en español, el barrio de clase media baja de Los Ángeles.