Si el feminismo plantea que las mujeres cambien y tengan acceso a espacios laborales, los hombres harían lo propio y el comercial de Gillette invita a eso
La marca Gillette transmitió un comercial que crítica la “masculinidad tóxica”, y al mismo tiempo, hizo un llamado a los hombres para que se conviertan en la mejor versión de sí mismos y eviten actitudes abusivas y misóginas.
De acuerdo con Nelly Lucero Lara Chávez, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, la publicidad es un motor para la transformación social que se estudia poco. “El de la marca Gillette es un comercial largo para lo que comúnmente estamos acostumbrados, se trabajan tiempos cortos, lleva un mensaje que va más allá que lo que comúnmente se trabaja. Quien emite el mensaje está tratando de llamar la atención y de entrada ya lo logró, pues el mensaje ya se ha posicionado a nivel mundial, para bien o para mal, pero que está hablando de él”.
Lara Chávez explica que si el feminismo plantea que las mujeres cambien y tengan acceso a espacios laborales, los hombres harían lo propio y el comercial de Gillette invita a eso.
Las opiniones están divididas pues el comercial The best men can be contabiliza 476 mil likes contra 913 mil dislikes. “La polarización está en la recepción, muchos hombres se están sintiendo agredidos, la invitación a transformar sus prácticas y valores determinados por la masculinidad hegemónica, significa un cambio importante y radical y se comprende la resistencia”.
Asegura que “hasta que un ente empresarial enmarcado por la masculinidad, es que cobra significación algo que las mujeres ya han expuesto desde hace mucho tiempo, al momento que los hombres ven este mensaje publicitario ven algo del feminismo, de la masculinidad hegemónica que es preciso desmontar y es lo que causa mucha molestia”.
La académica destaca que con el comercial la empresa busca generar una discusión. “Estos mensajes invitan a no pensar que la violencia es propia de ciertos contextos o espacios donde los niveles de desarrollo son limitados, mensajes como éste se entienden aquí y en Europa, el reto es seguir desmontando la violencia de género contra las mujeres y que los contenidos mediáticos abonen a que el horizonte de significación se vaya transformando para acabar con estos horizontes acostumbrados de violencia”.
En la era de la globalización se habla del espejismo de la igualdad, que las condiciones sociales entre mujeres y hombres están en paridad, pero es un reconocimiento global de la violencia patriarcal y que vivimos en sociedades violentas.