Los objetos cercanos a la Tierra (NEO por sus siglas en inglés de Near-Earth Objects) son asteroides y cometas que orbitan el Sol como los planetas, pero sus órbitas pueden llevarlos a menos de 30 millones de millas de la órbita de la Tierra. ¿Por qué los asteroides y los meteoritos chocan con la Tierra? Esto es lo que necesitas saber:
¿Por qué los asteroides impactan con la Tierra?
Estos objetos orbitan alrededor del Sol al igual que los planetas, como lo han estado haciendo durante miles de millones de años, pero pequeños efectos como las ondas gravitacionales de los planetas pueden empujar las órbitas de estos objetos, haciéndolos cambiar gradualmente en escalas de tiempo de millones de años o reposicionarse abruptamente si hay un encuentro planetario cercano. Con el tiempo, sus órbitas pueden cruzar el camino de la Tierra alrededor del Sol.
Durante los milenios en que un asteroide se encuentra en una órbita que cruza la Tierra, es posible que el asteroide y la Tierra se encuentren en el mismo lugar al mismo tiempo. Un asteroide necesita llegar al punto de intersección con la órbita de la Tierra al mismo tiempo que la Tierra cruza ese punto para que ocurra un impacto. Pero incluso la órbita terrestre es relativamente pequeña en comparación con el tamaño de algunas de los asteroides, por lo que los impactos son tan raros.
Un peligro actual
No siempre supimos que los impactos de asteroides eran una posibilidad moderna. De hecho, esta comprensión no llegó hasta que los científicos comenzaron a demostrar que muchos de los cráteres en la Tierra fueron causados por impactos cósmicos en lugar de erupciones volcánicas (y de manera similar para los cráteres en la Luna).
Fue hasta 1980, que los científicos descubrieron evidencia de que la desaparición de los dinosaurios hace 65 millones de años fue causada por un impacto de asteroide (Chicxulub, investigación donde participó la UNAM y que aún se siguen desarrollando varias investigaciones como la Expedición 364).
En 1994, el mundo fue testigo de impactos de tamaño similar que ocurrieron en tiempo casi real, cuando fragmentos del cometa Shoemaker-Levy 9 impactaron en Júpiter, fue entonces cuando realmente comenzamos a comprender que los grandes impactos de asteroides podrían ocurrir hoy.
Frecuencia de los impactos
Todos los días, llueven aproximadamente 100 toneladas de material espacial interplanetario en nuestro planeta, la mayoría en forma de pequeñas partículas de polvo. Pequeños desechos planetarios del tamaño de granos de arena, guijarros y rocas también llueven diariamente en la atmósfera de la Tierra, produciendo los meteoritos, comúnmente llamados “estrellas fugaces”, que puedes ver en cualquier noche oscura y clara.
Ocasionalmente, la Tierra pasa a través de corrientes más densas de pequeños desechos liberados por los cometas, así es como obtenemos lluvias de meteoritos. A veces, objetos espaciales más grandes, del tamaño de una silla o incluso del tamaño de un automóvil ingresan a la atmósfera de la Tierra y crean meteoritos realmente brillantes, llamados “bolas de fuego” o “bólidos”, que se desintegran a medida que ingresan en la atmósfera terrestre. Muy raramente, cada pocas décadas, incluso objetos más grandes entran a la atmósfera.
Depósito Mundial de Datos de Asteroides
El Minor Planet Center, ubicado en Cambridge, Estados Unidos, y operando desde el Observatorio Astrofísico Smithsoniano, es el depósito mundial de todas las observaciones y órbitas calculadas de asteroides y cometas en el sistema solar, incluidos todos los objetos cercanos a la Tierra (NEO).
Un NEO incluye cualquier asteroide, meteoroide o cometa que orbita el Sol a menos de 18,600,000 millas (30 millones de kilómetros) de la órbita de la Tierra. Cada vez que un astrónomo observa un NEO usando un telescopio en el suelo o en el espacio, envía sus mediciones de la posición del objeto al Minor Planet Center.
Características de los meteoritos
Meteorito, meteoro y meteoroide. No deben confundirse estos tres términos, aunque representan diferentes aspectos de lo mismo. Cuando hablamos de un meteoroide, nos referimos a un objeto astronómico de tamaño relativamente pequeño (entre 100 micrómetros hasta 50 metros de diámetro), que se encuentran a la deriva en las infinidades del espacio. Si dicho meteoroide, atraído por la fuerza de gravedad, penetra la atmósfera terrestre y alcanza el suelo, podrá llamarse un meteorito. La estela de luminosidad que habrá dejado a medida que surca la atmósfera, se conocerá como meteoro.
De qué estan hechos. Depende de su origen, pero el 86% de los meteoritos que caen en nuestro planeta están formados por minerales rocosos puros (condritas), mientras que cerca de un 8% lo son de minerales rocosos ígneos o transformados (acondritas). Un 5% son trozos de metal como la kamacita y taenita, y un 1% restante son mezclas metálico-pedregosas.
Tipos de meteorito. Dependiendo de su composición existen tres tipos: 1)Aerolitos o lititos, aquellos formados por rocas, especialmente silicatos. Se clasifican en condritas y acondritas: diferenciados por procesos de fusión o transformación en su lugar de procedencia, o no; 2)Sideritos. Meteoritos metálicos, generalmente de hierro y níquel en diversas proporciones; y 3)Litosideritos. Meteoritos metálico-pedregosos, combinando las categorías anteriores.
¿Cómo calcular la órbita de un asteroide?
Los científicos determinan la órbita de un asteroide comparando las mediciones de su posición a medida que se mueve, con las predicciones de un modelo de computadora de su órbita alrededor del Sol. Este modelo tiene en cuenta todas las fuerzas conocidas que actúan sobre el movimiento de los asteroides, que consisten principalmente en la gravedad del Sol, todos los planetas y algunos de los otros asteroides más grandes.
Es posible calcular una órbita aproximada con solo tres observaciones, pero cuantas más observaciones se usen y cuanto más largo sea el período durante el cual se hacen esas observaciones, más precisa es la órbita calculada y las predicciones que se pueden hacer a partir de ella.
Encontrar a los más grandes
El Programa de Observaciones NEO de la NASA comenzó a buscar en serio en 1998, cuando solo se conocían unos 500 asteroides cercanos a la Tierra. Para 2010, la NASA y sus socios habían identificado más del 90% de los aproximadamente 1,000 asteroides cercanos a la Tierra que son de 1 kilómetro o más.
Los asteroides grandes fueron la primera prioridad en la búsqueda de la NASA porque el impacto de cualquiera de estos podría tener efectos globales. Los programas de búsqueda de la NASA todavía encuentran algunos de estos grandes asteroides cada año, y los astrónomos creen que todavía hay algunas docenas por encontrar. Debido a los esfuerzos de la NASA, se ha eliminado el 90% del riesgo de impacto repentino e inesperado de un gran asteroide desconocido.
Acercamiento
Es posible que haya oído hablar de un asteroide o cometa que se acerca a la Tierra. Eso sucede cuando el objeto en su órbita natural alrededor del Sol pasa particularmente cerca de la Tierra. No existe una regla firme sobre lo que cuenta como “cerca”, pero no es raro que los asteroides pequeños pasen más cerca de la Tierra que nuestra propia Luna. Puede parecer demasiado cercano para su comodidad, pero recuerde que la Luna orbita alrededor de la Tierra a unos 385,000 kilómetros de distancia.
Si representaras a la Tierra con una pelota de baloncesto en un modelo a escala, la Luna tendría el tamaño de una pelota de tenis y unos 7 metros de distancia, la distancia entre los dos postes de una portería de fútbol profesional. A esta escala, un asteroide de 100 metros de ancho sería mucho más pequeño que un grano de arena, incluso más pequeño que una mota de polvo.
Estudiar un objeto cercano a la Tierra
Actualmente hay una misión de la NASA llamada OSIRIS-REx que estudia de cerca un objeto cercano a la Tierra: un asteroide llamado Bennu. Los científicos calcularon recientemente que este asteroide tiene una probabilidad de 1 en 2,700 de golpear la Tierra a fines del siglo 22 (eso está a más de 150 años de distancia por ahora), pero no tiene ninguna posibilidad de impactar antes.
La nave espacial también está estudiando un fenómeno llamado efecto Yarkovsky, que es una pequeña fuerza que desplaza ligeramente la órbita del asteroide a medida que su superficie calentada por el sol irradia calor al espacio. Al estudiar el primer plano de Bennu con OSIRIS-REx, les ayudará a comprender mejor el efecto Yarkovsky y predecir mejor la órbita de Bennu y su posible peligro para la tierra.
Desviación de asteroides
Los impactos de asteroides son el único desastre natural potencialmente prevenible, siempre que detectemos al asteroide amenazador con suficiente tiempo de espera para lanzar una misión al espacio para desviarlo. La NASA y sus socios están estudiando varias técnicas diferentes para desviar un asteroide peligroso. La más avanzada de estas técnicas se llama “impactador cinético”, y una misión para demostrar esta tecnología se llama Double-Asteroid Redirection Test (DART), y se lanzará en 2021.
Por supuesto, la NASA no se entrometerá con la órbita de un asteroide que podría representar un riesgo para la Tierra, para solo hacer una prueba. El objetivo de DART es “Didymos B”, la luna de un asteroide más grande, llamado “Didymos A”.
La nave espacial DART del tamaño de un carro pequeño (smart car) se estrellará contra el Didymos B del tamaño de un estadio de fútbol a una velocidad de 22,000 kph, no solo para confirmar la precisión del sistema de orientación, también para ver cuánto cambia la órbita tras el impacto.
Fuente: NASA