Por Vidal Romero
Conforme se acerca el mes de febrero de 2016 en que iniciarán las elecciones primarias en Iowa parece limpiarse el terreno para saber quiénes serán los candidatos por los partidos demócrata y republicano.
En el caso de los demócratas, todo apunta a que Hillary Clinton será la candidata. Desde hace ya varios meses, las encuestas la colocan arriba de todos sus contrincantes con ventajas de más de 20 puntos; lo que parece muy difícil de vencer. La reciente decisión del vicepresidente Joe Biden de no contender favorece de entrada a la candidatura de Clinton. Tanto Hillary como Biden se presentaban como los adecuados para seguir el legado de Obama. Los votantes de Biden son más proclives a votar por Clinton que por su más cercano contendiente Bernie Sanders. Así, todo indica que veremos a Hillary Clinton en la boleta electoral el año entrante.
Un poco menos claro es el panorama en el bando de los republicanos. Si bien Donald Trump va a la cabeza sistemáticamente desde julio de este año, la ventaja con sus más cercanos competidores es relativamente pequeña. Las más recientes encuestas colocan a Trump arriba por una diferencia de entre 1 y 10 puntos.
Y con dos problemas más de estimación. Primero, el sistema de elección por primarias al nivel estatal complica la estimación de una ventaja definitiva por parte de Trump. Es posible que sus seguidores se encuentren concentrados en ciertos estados y que la suma de dichos estados en delegados no corresponda con la votación del agregado de electores.
El segundo problema que enfrenta la estimación es alto número de precandidatos republicanos (14) y la significativa dispersión del voto entre ellos; el candidato que más votos tiene, Trump, sólo tiene 27.2% de las preferencias en el promedio de encuestas de octubre. Las declinaciones a las precandidaturas que observaremos en las próximas semanas probablemente modificarán las preferencias por Trump, pero no es obvio si lo harán a la alza o a la baja, ya que depende de quiénes sean los aspirantes republicanos que deciden declinar, y el momento de las elecciones primarias en que declinarán.
Sin embargo, en estos momentos, sí es Hillary vs. Trump el escenario más probable para la elección presidencial de los Estados Unidos en 2016. ¿Quién ganaría? No es posible estimarlo en estos momentos, lo que no es un escenario positivo para la comunidad latina en los Estados Unidos. Las encuestas muestran todo tipo de resultados—algunas dan la ventaja a Clinton, otras a Trump y algunas reportan un empate. Pero consistentemente todas las encuestas muestran ventajas pequeñas de uno y otro, es decir, una elección muy cerrada en estos momentos.
El camino todavía es largo y falta ver si Trump modifica su discurso anti-inmigrante durante la elección abierta; aunque esto parece poco probable dado el buen resultado que le ha dado no sólo entre republicanos, sino en otros segmentos del electorado.
En este sentido, la elección de 2016 se perfila como una de las más significativas para los latinos en la historia reciente de los Estados Unidos. Esto activará a las organizaciones a favor y en contra de distintas políticas migratorias y su trabajo resultará fundamental para el futuro de los latinos en los Estados Unidos.
