Sí hubo avances en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), comenta Francisco Estrada Porrúa, coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM. “El hecho de que haya un Acuerdo de París, que ya exista una voluntad internacional para tratar de limitar el aumento de la temperatura dos grados, es algo importante. También lo son los acuerdos que se han dado para detener y revertir la deforestación, así como el compromiso de bajar las emisiones de metano en 30 por ciento para 2030. Sin embargo son medidas que aunque tienen impacto no nos ponen tan cerca como quisiéramos de la meta de limitar el aumento de la temperatura global a menos de dos grados centígrados con respecto al promedio preindustrial, por lo que hay que tener claro que debemos exigir mayores ambiciones en mitigación por parte de los gobiernos”.
Francisco Estrada asegura que hasta este momento la temperatura global ha aumentado 1.1 grados desde el periodo preindustrial. “Si no queremos pasar los 2 grados, las metas de mitigación deben ser mucho más ambiciosas. Para mediados de siglo habremos rebasado el 1.5 y con los esfuerzos de mitigación actuales estaremos en el camino para superar por mucho la meta de dos grados centígrados”.
Lo que significa
El aumento de temperatura tiene consecuencias graves no sólo en materia del clima, sino además en economía y en impactos en sistemas naturales. Estrada Porrúa dice que los eventos extremos como incendios, inundaciones, sequías y los aumentos de temperatura serán cada vez más frecuentes, además de que el impacto económico aumentará con ellos.
“La temperatura promedio de México se ha elevado más rápido que la temperatura promedio global: esta última lo ha hecho 1.1 grados desde la época preindustrial, mientras que en promedio en nuestro país ha subido 1.5. El cambio climático ya ha tenido impactos significativos en México, afectando la agricultura, los ecosistemas e incrementando las pérdidas causadas por eventos extremos. Se prevé que estos efectos aumenten rápidamente para mayores niveles de calentamiento. Bajo un escenario en el que no se logren concretar acciones internacionales de mitigación importantes, para la nación los costos económicos acumulados de cambio climático durante este siglo serían equivalentes a perder entre 100 % del PIB actual y 5 veces esta cantidad. En cambio, si cumplieran las metas del Acuerdo de París podríamos bajar las pérdidas a la mitad. Si se cumplieran las contribuciones nacionalmente determinadas reduciríamos 20 % las pérdidas.”
La situación que enfrentamos en cambio climático es muy seria y el tiempo que se tiene para lograr la meta de limitar el calentamiento a menos de 2º C es cada vez más corto, y se nos van escapando estas oportunidades en las negociaciones. Cada año que no logramos un compromiso de mitigación lo suficientemente ambicioso se van haciendo las cosas más difíciles, ya que la reducción de emisiones tendría que ser más rápida y más drástica, lo que lo hace más difícil de lograr y más caro implementarlo.
“Es esencial señalar que hacemos mucho énfasis en la mitigación, pero también necesitamos no perder de vista la adaptación, así como la generación de conocimiento y capacidades, y el desarrollo de ciencia con enfoque multidisciplinario e integral que ayude a la toma de decisiones –propone Estrada–. La UNAM ha tenido un papel fundamental desde hace más de 30 años en el estudio del cambio climático, sus impactos, riesgos y oportunidades. Nuestra Universidad es precursora en la generación de este conocimiento. El desarrollo de la ciencia en este tema es prioritario para poder responder a este problema. El país es muy diverso en términos climáticos, socioeconómicos, de biodiversidad y ecosistemas, y necesitamos continuar generando información para apoyar la toma de decisiones desde las escalas local, regional y nacional. Falta mucho por hacer, pero sólo se logrará con apoyo decidido a la ciencia y con la generación de más capacidades.”
Para terminar, Estrada Porrúa hace este balance: “Lograr que en las COP haya avances para enfrentar el cambio climático es una buena señal, pero requerimos acciones más decididas. El planeta tiene que incrementar sustancialmente sus ambiciones de mitigación: necesitamos mayores reducciones en emisiones, más fondos para la adaptación y que ocurran más pronto. Entre más nos tardemos, más caro nos saldrá económica y políticamente”.