En un giro sorprendente dentro del mundo de la inteligencia artificial, Sam Altman, CEO de OpenAI (reconocida por desarrollar ChatGPT), enfrentó un breve exilio de su puesto, marcado por una serie de eventos dramáticos.
De acuerdo con informes de la agencia Reuters, justo antes de este período investigadores de OpenAI habían enviado una carta al consejo de administración, advirtiendo sobre un poderoso descubrimiento en IA que podría ser una amenaza para la humanidad.
La carta, hasta ahora no divulgada, y el desarrollo del enigmático algoritmo de IA, conocido como “Proyecto Q*”, influyeron en la decisión del consejo de destituir temporalmente a Altman, una figura prominente en la IA generativa. Durante su ausencia, se reportó que más de 700 empleados de OpenAI amenazaron con renunciar y unirse a Microsoft en solidaridad con Altman.
La preocupación del consejo se centraba en varios aspectos, incluyendo dudas sobre la comercialización apresurada de avances tecnológicos sin comprender completamente sus posibles consecuencias. A pesar de los esfuerzos de Reuters, no se pudo acceder a una copia de la carta.
En un giro inesperado, Sam Altman retoma su rol como CEO de OpenAI, apenas días después de su polémico despido. Este regreso indica un cambio significativo en la dirección de la empresa.
El consejo de administración de OpenAI, que había decidido el despido de Altman, ahora se enfrenta a una reestructuración. Se espera que Bret Taylor, ex co-CEO de Salesforce, asuma la presidencia del consejo y Larry Summers, exsecretario del Tesoro de Estados Unidos se integrará al consejo.
El breve periodo de Altman fuera de OpenAI generó intensos debates y especulaciones sobre las razones de su despido y las implicaciones para el futuro de la empresa en el ámbito de la inteligencia artificial. Durante su ausencia, Emmett Shear, exdirector de Twitch, ocupó el puesto de CEO interino. Paralelamente, Microsoft, el principal accionista de OpenAI, había comprometido a Altman para liderar un nuevo departamento de desarrollo de IA.
La salida y regreso de Altman causaron inquietud entre los empleados de OpenAI. La mayoría expresó su disposición a renunciar si el consejo responsable de su despido no dimitía. El retorno de Altman fue bien recibido por Satya Nadella, CEO de Microsoft.
Esta reinstalación podría marcar un nuevo capítulo para OpenAI, en medio de debates sobre las preocupaciones éticas y de seguridad en torno a la IA, así como su potencial comercial. Fuentes internas señalan una lucha de poder en la empresa, entre quienes abogan por un desarrollo cauteloso y quienes buscan expandir el uso de la IA en diversas aplicaciones.
Greg Brockman, presidente del consejo y cofundador de OpenAI, renunció tras el despido de Altman. Sin embargo, su regreso parece haber apaciguado las tensiones, como lo demuestra un selfie publicado por Brockman con empleados, celebrando este nuevo comienzo.
Ideas destacadas:
- Sam Altman, CEO de OpenAI, enfrentó un breve exilio de su puesto debido a una serie de eventos dramáticos.
- Investigadores de OpenAI alertaron sobre un poderoso descubrimiento en IA en una carta al consejo de administración.
- El “Proyecto Q*” y la carta fueron claves en la decisión de destituir temporalmente a Altman.
- Más de 700 empleados de OpenAI amenazaron con renunciar y unirse a Microsoft en solidaridad con Altman.
- El consejo de OpenAI estaba preocupado por la rápida comercialización de avances tecnológicos.
- Sam Altman regresó a su puesto como CEO de OpenAI días después de su despido.
- Se anticipa una reestructuración del consejo de administración de OpenAI.
- La salida y regreso de Altman causaron inquietud y especulaciones sobre el futuro de la empresa.
