En lo que constituye un ejemplo perfecto de lo que algunos académicos llaman las agendas “Intermesticas” (la integración del ámbito internacional con el ámbito doméstico), el acuerdo suscrito entre Estados Unidos y otros 5 países con Irán para detener la expansión de las capacidades nucleares de este país a cambio de una importante apertura hacia aquella nación que fuera hace algunos siglo el imperio Persa, es un hecho que muy probablemente tendrá repercusiones importantes hacia el interior de diversos país.
En lo constituyó una importante victoria diplomática para la Administración Obama –que se une a su racha de triunfos en otros temas como la reforma de salud y el matrimonio gay–, el acuerdo con Irán generó una abierta y desafiante oposición del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quién a su vez cuenta con el apoyo del ala más conservadora del Partido Republicano.
El arreglo, que presuntamente podría permitir la expansión de la influencia política iraní en el Medio Oriente, también puede afectar el balance de fuerzas al interior de Estados Unidos. Habrá que esperar a ver si la comunidad judía estadounidense se alinea con el presidente de su país o el mandatario israelita.