Por Patricia Vergara A, David Jorge Díaz D. Alan Mireles M y Reyna González T.
Faculta de Medicina UNAM
La disminución en la producción de testosterona, hormona sexual masculina, marca el inicio de una nueva etapa en los hombres, conocida como andropausia.
Aunque menos notable que en las mujeres cuando entran en la menopausia, el proceso de transición de la andropausia dura varios años y en promedio se inicia entre los 45 y 55 años de edad.
En varones con función gonadal normal, las concentraciones de testosterona en suero son modificadas transitoriamente por factores tales como (exposición a toxinas, radiaciones, alcoholismo, tabaquismo, consumo de alucinógenos, estado de nutrición, estrés y por enfermedades crónicas como la Diabetes Mellitus, Parkinson, Obesidad, Hipertensión, Síndrome metabólico y falla renal o hepática crónica, entre otras).
Los valores de referencia de esta hormona, tienen un rango amplio que oscila entre 300 y 1200 ng/dl. Cabe señalar, que esta variación en gran medida se debe a que los niveles de la hormona siguen un ritmo circadiano esto es, con un pico alto por las mañanas y más bajo por la tarde y noche.
Las manifestaciones asociadas a esta disminución pueden iniciarse de diferente forma y velocidad de progresión en cada hombre, así como producir un grado variable de afectación física y emocional.
Aunque la sintomatología es diversa en cada varón, en general inicia con cambios sutiles, que usualmente son atribuidos a estrés o a la depresión, el proceso es largo y progresivo.
Uno de los síntomas más característicos y de fácil detección es la disminución del deseo sexual y las alteraciones en la calidad de las erecciones, sin que esto ocasione el final de la capacidad reproductiva.
Otras manifestaciones clínicas que destacan son la ansiedad e irritabilidad, disminución en la memoria, disminución en la fuerza y masa muscular, así como en la densidad ósea. Se presenta un incremento en el perímetro abdominal por el aumento en los depósitos de grasa en áreas específicas, aparecen trastornos del sueño, disminución del vello corporal, aumento en la sudoración, calores y depresión como resultado de cambios bioquímicos en el cerebro, causados por disminución en los niveles de testosterona.
Durante este periodo se recomienda acudir al médico para evaluar los síntomas y el estado de salud actual. Especialmente si se presentan problemas de erección resulta fundamental visitar a un cardiólogo para descartar afecciones relacionadas con la función cardiovascular y en caso de confirmarse el diagnostico de andropausia, es importante efectuar valoraciones cada 6 meses para determinar la densidad ósea y así evitar la presentación tanto de osteoporosis como de fracturas.
Otro aspecto importante es determinar periódicamente los niveles de colesterol y triglicéridos para prevenir afecciones al corazón. Con respecto al tratamiento, está indicada la realización diaria de al menos 30 minutos de ejercicio, evitar al máximo el sedentarismo, llevar una dieta supervisada, eliminar el tabaco y alcohol.
Para la implementación de terapia de remplazo de hormonal los pacientes deben ser evaluados también con un examen rectal y realizar la determinación del antígeno prostático específico cada seis meses, ya que los niveles elevados de testosterona pueden producir crecimiento de las glándulas mamarias.
La prescripción de la terapia de remplazo hormonal tiene el propósito de restablecer los niveles fisiológicos de Testosterona, recuperar el deseo y la función sexual así como el sentido de bienestar, prevenir o mejorar la osteoporosis, la densidad ósea y la fuerza muscular.
Existen 3 presentaciones de la testosterona para la terapia de reemplazo; en forma de gel, parches e inyecciones de undecanoato de Testosterona. Aunque estos fármacos han demostrado su eficacia para restablecer los valores de la hormona a niveles fisiológicos, no debemos perder de vista la posibilidad de que se presenten efectos adversos a la terapia por lo que el paciente debe ser evaluado periódicamente.