El pasado 25 de septiembre de 2019 se aprobó en el código penal del gobierno de Oaxaca la modificación para despenalizar el aborto en la entidad. Las mujeres tendrán la opción de decidir sobre sus propios cuerpos y la posibilidad de interrumpir un embarazo o no.
Lo anterior es posible en la Ciudad de México desde el 2007 bajo la iniciativa de la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que esto suceda en Oaxaca después de poco más de una década “a nivel teórico significa un avance en el tema de los estudios de género feministas, ya que el aborto no es un fenómeno nuevo. Se realiza desde la antigüedad, pero con esto se empieza a problematizar y se plantea en términos sociales cuáles son las posibilidades en términos de seguridad y de acceso médico para que las condiciones bajo las cuales se lleva a cabo el aborto sean mejores”, explicó Nelly Lucero Lara Chávez, doctora en Ciencias Políticas por la UNAM.
Enfatizó que el tener este derecho no implica que todas las mujeres vayan a tomar esta decisión, “reconocemos que existe un costo en términos emocionales y sociales que impiden que se lleve a cabo y que todas las mujeres se cuestionan al momento de acceder a esta posibilidad”.
Explicó que desde la teoría feminista el aborto tendría que ser la última opción para las mujeres, ya que en primer lugar tendría que estar la información anticipada. “En países como el nuestro donde ya se da esta opción se siguen presentando estereotipos y a las mujeres se les obstaculiza este acceso”.
En ese sentido, refirió que las mujeres están enfrentando a todas las instituciones a nivel normativo, por un lado el prejuicio que existe sobre aquellas que han decidido abortar, además de la culpabilidad que conllevan estas acciones, es ser descalificadas a nivel social porque no cumplen con uno de los estereotipos de género que le han sido asignados: ser madre.
Pero no todas desean ser madres y los embarazos no siempre son producto de una libre elección de las mujeres, que esta opción se dé en el estado de Oaxaca tuvo mucho que ver el contexto social que vive el estado. “Fueron dos condicionantes las que permitieron esta modificación, la primera es el planteamiento del feminismo de ser estratégicas, ya que además de la lucha feminista está la de los pueblos en originarios. Es muy común decir que hay que respetar los hechos y costumbres de esas poblaciones, pero el feminismo como lucha estratégica plantea que justamente el aborto es un hecho o costumbre, e invita a reflexionar sobre otorgar mejores condiciones para que se lleve a cabo o seguir dejándolo en el espacio privado”.
Lo que logra el feminismo en el estado de Oaxaca es revertir el discurso de la lucha de los pueblos originarios y dar cuenta cómo las mujeres pueden transitar hacia un estado de derechos, la otra condicionante fue el discurso de la marea verde que permea en todo el contexto latinoamericano y europeo.
La experta en temas de género explicó que se está redefiniendo cuáles son las propuestas feministas, que no es una lucha solitaria, sino que encuentra apoyos en otras latitudes y contextos. Advirtió que a partir de este momento ya será inevitable encontrar brotes de la lucha feminista en otras entidades federativas, lo que significa que viene un efecto dominó para que esto pueda darse.
“El andamiaje ya está armado para lograr esta condición, lo único que hace falta es seguir actuando en las entidades restantes”.
Resaltó que el debate que se está planteando con estas movilizaciones es el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, no es el de abortar o no, “sino dejar de pensarnos como sujetas que tendríamos que estar dependiendo de las decisiones de los demás para tomar nuestras decisiones objetivas o subjetivas con respecto al mundo”.