Luego de un amplísimo periodo en que “la inercia” fue la principal encargada de manejar la relación México y Estados Unidos, llega a la casona del 1911 de la avenida Pennsylvania el académico Miguel Basáñez como nuevo embajador del Gobierno de México ante la Casa Blanca.
Aunque no la organice él, la ceremonia de El Grito de este año en Washington deberá marcar el tono de su permanencia en dicha ciudad.
Son tres los rasgos centrales del nuevo embajador: es un observador privilegiado del juego de poder estadounidense, personaje cercano al Presidente Enrique Peña y hombre sin experiencia diplomática previa. Si su agenda va más allá de administrar la inercia, los tres pueden convertirse en grandes ventajas a favor de la agenda de México en la capital de Estados Unidos.
Parte de la élite de conocimiento estadounidense, Basáñez sabe leer los números de la sociedad estadounidense. Después de Vicente Fox, quién entendió de inmediato el potencial Latino, el nuevo diplomático será el político mexicano con las mejores herramientas para capitalizar la enorme fuerza de la demografía hispana que –mucho más allá de Trump y la política–, va en camino a consolidar a este segmento como la principal ola migratoria en historia de este país. Las casi 35 millones de personas de origen mexicano son una presencia 5 veces más numerosa que, por ejemplo, la presencia de judíos en Estados Unidos.
Su cercanía personal con su Presidente es, probablemente, la virtud más valorada de un Embajador dentro de los códigos del juego del poder en el universo inside the Beltway.
El que no tenga “oficio diplomático” en el sentido más convencional del término también podría ser una ventaja si se decide a empujar una agenda que vaya más allá de cuidarle la salida a su jefe el Presidente. Sin negar las virtudes que supuestamente tiene la formación del Servicio Exterior Mexicano, el oficio político, capacidad de comunicar y vocación de servicio del nuevo Embajador podrían resultar más útiles a la hora de incidir en la relación más importante de nuestro país con el resto del mundo.