Por Constanza Soria
E l próximo 8 de noviembre será una fecha histórica en este país y sobre todo para la comunidad latina, porque del resultado de las votaciones depende, en mucho, su futuro.
Por un lado está Hilary, con una propuesta sólida, la única que tiene una agenda realista y que ha explicado detalladamente cómo piensa llevar a cabo cada una de las promesas de su campaña. A diferencia de Sanders que no sabe responder acerca del plan de acción para realizar las consignas que son el soporte de su campaña como desmantelar los principales bancos del país “ponerlos de rodillas”, como dice, en varias entrevistas ha sido incapaz de hablar a detalle de cuál será su plan de acción.
Por su parte la precandidata demócrata tiene una experiencia de décadas poner en marcha planes de mejoramiento de ciertos grupos poblacionales, lo ha hecho desde antes de tener cargos públicos o de alta responsabilidad en el gobierno, sus críticos dentro de la comunidad latina argumentan que nunca fue especialmente pro inmigrante, pero dado el panorama actual es la mejor opción.
En la trinchera Republicana está Donald Trump, que a pesar de la enorme oposición que ha tenido desde el inicio de su campaña por parte del establishment del GOP, sigue avanzando y es ahora el presunto candidato de los Republicanos, no obstante que la rancia alcurnia del partido sigue sin aprobar su forma de hacer política, la verdad es que quienes pensaron que era sólo comparsa, reaccionaron demasiado tarde para cerrarle el paso y apoyar a un candidato con un perfil que estuviera más cercano a sus principios.
Desde luego la política antiinmigrante de Trump preocupa sobre a todo a los latinos y especialmente a los mexicanos de quienes se ha expresado con desprecio y los acusa de ser causantes de todos los males de una clase media que no se ha recuperado desde la última crisis económica y con su actitud prepotente ha sacado a la luz la parte más obscura de un sector de la población que secretamente rechazaba a quienes llegan de otros países en busca de una vida mejor y pagan muy caro su sueño americano con mucho trabajo y salarios bajos. Con leer un poco las noticias, los seguidores de Trump se darían cuenta de que sus premisas de campaña son falacias, y que los inmigrantes contribuyen al crecimiento económico y no son, como él pretende, un lastre del que hay que deshacerse para que el país pueda avanzar.
Hemos dicho antes que el voto hispano puede ser fundamental y podría ser definitivo en el resultado de las elecciones, hasta éste momento, el cálculo es que 25 millones de latinos podrían ejercer su derecho a votar, las organizaciones pro inmigrantes están trabajando para poder movilizarlos y evitar que Trump llegue a la presidencia.
En algunos estados en los que hay gran número de inmigrantes hispanos se han llevado a cabo protestas en contra de Donald Trump cuando ha realizado actos de proselitismo, incluso ha habido enfrentamientos con la policía y han roto piñatas con la efigie del magnate inmobiliario para hacer evidente su descontento acerca de su retórica, que ha enrarecido tanto el ambiente, con claras manifestaciones xenofobicas de las personas en las calles y agresiones gratuitas en la vida cotidiana a los latinos desde los supermercados hasta en los restaurantes, incluso inmigrantes de otros países han adoptado una actitud de impaciencia grosera con ellos al servirles en los restaurantes o cobrarles en las cajas de los supermercados, -por ejemplo-, como si fuera denigrante servirle a alguien que consideran menor.
Todo esto a raíz de los comentarios desafortunados que Trump hiciera desde el inicio de su campaña afirmando que los inmigrantes mexicanos son violadores y criminales, lo que le redituó el apoyo del sector menos educado de la sociedad estadounidense, sobre todo con sus promesas de deportar a los once millones de indocumentados, además de prohibir la entrada a los musulmanes.
Sin embargo, y por increíble que parezca existe una minoría de inmigrantes o descendientes de latinos que apoyan a Trump a pesar de las criticas o el descontento de sus familiares y amigos; al ser cuestionados acerca de la razón de ello, al mejor estilo de su candidato, sólo responden que él está en lo correcto, sin abundar en las razones de su simpatía por la persona que ha hecho comentarios tan dañinos acerca de la gente de su comunidad.
Aún se explica menos su decisión cuando al asistir a los mítines del presunto candidato Republicano la mayoría anglosajona los ignora y los relega, soportan el escarnio de propios y extraños sin haber recibido apoyo alguno de los jefes de campaña; según una encuesta realizada por Fox News un 23 por ciento de la población hispana apoyaría a Trump en caso de ir a votar. Se calcula que serán poco menos de 15 millones quienes finalmente asistirán a las urnas, y aproximadamente la mitad de éstos votantes lo harán por primera vez.
Según datos del PEW Hispanic Center el electorado Latino sigue creciendo, “en el 2016, los Latinos mayores de 18 años de edad constituirán el 16 por ciento de la población adulta total de los Estados Unidos. La Oficina del Censo de los Estados Unidos, estima que en el en este año el número de Latinos mayores de 18 años de edad será 39,8 millones. Unos 800,000 de Latinos cumplen 18 años cada año – uno cada 30 segundos, o más de 66.000 individuos por mes”.
“Noventa y tres por ciento de estos niños Latinos nacieron en la Unión Americana y serán elegibles para votar cuando lleguen a los 18 años. En el 2014, uno de cada 4 niños en los EE.UU. – 17,6 millones en total – era Latino. Esto subraya el hecho que actualmente, las minorías en el país son casi la mayoría de la población total, menor de 18 años de edad. Se anticipa que el porcentaje de Latinos menores de 18 años aumentará de alrededor de 24 por ciento en el 2014 a más de 33 por ciento en el 2060”.
Al termino del proceso electoral del 2012, varios analistas politicos pusieron énfasis en el poder creciente del voto Latino. “Cambios previstos y posibles podrían tener consecuencias electorales dramáticas: una creciente población Latina volviéndose mayores de edad cada año, muchos más residentes permanentes legales naturalizándose, un aumento en Latinos elegibles para registrarse para votar, y votantes Latinos acudiendo a las urnas. Estos números demuestran que no solo ya son los Latinos una porción creciente del electorado, pero también que existe un enorme potencial para que los Latinos adquieran mucho más poder político en el 2016 y más allá. Los legisladores y candidatos en ambos lados se beneficiarían del entendimiento de este poder electoral y político, y de la visión de la comunidad Latina…” continua el estudio del PEW Center, sin embargo los jefes de campaña de Trump se han ocupado en cortejar al sector poblacional que fortaleció a su jefe, olvidándose de otros grupos que lo repudian. Negándose a ver la realidad, ignoran a quienes han servido como chivo expiatorio en su discurso, inmigrantes hispanos y mexicanos sobre todo, y a la población femenina en general.
Una encuenta realizada por el sitio de internet Latino Decitions encontró que de la misma manera en que el el 2012 el apoyo latino fue esencial para el triunfo de Barack Obama, para el proceso electoral del 2016 este sector de la población esta dispuesto a participar “para detener a Trump”.
Dicha investigación también encontró que la mayoría de los hispanos consideran que Trump ha dañado seriamente la imagen del partido Republicano entre los electors latinos. Cerca tres de cada cuatro Latinos cree que el GOP ha rehuido a este sector de la población, el 42 por ciento coincide en pensar que al partido no le importan mucho los latinos y el 31 por ciento tiene la certeza de que a veces tiene una actitud hostíl hacia ellos.
Mientras Trump tiene practicamente la candidatura en la bolsa, los atribulados miembros del partido que lo postulará siguen definiendo cuál sera su postura ante los hechos consumados, y nadie parece estar a cargo de la tarea de reparar el daño que ha causado en el ánimo de la comunidad antes de noviembre.
Sam Stein, quien funge como Senior Politics Editor en The Huffington Post ha escrito en sus columnas a manera de nota editorial que “Donald Trump incita regularmente a la violencia política y es un mentiroso serial, xenofobo rampante, racista y misogino que en repetidas ocasiones ha prometido prohibir la entrada a los musulmanes -1.6 billones de miembros de una religion- a los Estados Unidos.
Del lado Demócrata también existe una lectura reduccionista de las necesidades del electorado Latino, se centran una vez más en la promesa de sacar adelante una reforma migratoria integral, sin embargo, los inmigrantes, y sobre todo los latinos, quienes padecen los estragos de la oleada xenofóbica que iniciara desde el año pasado el precandidato Republicano –los indocumentados de otros países raramente son molestados o agredidos y pueden trabajar y estudiar sin que se les pidan documentos que prueben que tienen derecho a residir en el país y en muchas ocasiones se hacen pasar por ciudadanos- sin embargo será necesario ofrecer una plataforma más completa y más completa a los hispanos, quienes desde luego se preocupan por el estatus migratorio de sus hijos, pero como cualquier otra persona que vive en éste país, les produce inquietud pensar en que podrán tener un trabajo les de la posibilidad de mantenerlos y darles comida, casa y escuela, y el bienestar que todos los demás habitantes desean para sus descendientes.
Hillary Clinton parece tener más claro el panorama, en los diferentes eventos con hispanos de Florida y Virginia ha hablado de su compromiso de luchar por que obtengan mejores salarios y apoyar a quienes tienen y desean iniciar pequeños negocios. Sabe que los inmigrantes indocumentados trabajan doble o triple para poder mantener a sus familias aquí y en sus países de origen, y que han venido a Estados Unidos a dar la mejor versión de sí mismos.
Ahora hay que convencerlos de que salgan a votar y de que hagan escuchar su voz, la pregunta es si los partidos políticos tendrán la convocatoria para movilizarlos o si las organizaciones que trabajan con ellos serán capaces de transmitir el mensaje de que la participación cívica los fortalece como comunidad y les da voz.