Por Constanza Soria
Entre los trabajadores latinos es frecuente encontrar casos de accidentes que pueden llegar a ser mortals, por falta de equipo de protección y capacitación en cuanto a seguridad para desempeñar su tarea.
La American Federation of Labor- Congress of Industrial Organization (AFL-CIO), realiza cada año un recuento y desglose por raza del número de fatalidades ocurridas en los centros de trabajo, en su publicación más reciente titulada “Saldo Mortal: El Costo de la Negligencia” muestra que los decesos de los mexicanos -entre los latinos que perecieron desempeñando labores que exige su empleo- ascendieron al 76 por ciento de las muertes en el trabajo que sufren los inmigrantes de habla hispana.
La AFL-CIO, organismo que engloba 55 sindicatos y uniones de trabajadores a nivel nacional e internacional, tiene a su cargo la defensa de 12.5 millones trabajadores hombres y mujeres. En uno de sus informes más recientes da a conocer que al menos 411 inmigrantes nacidos en México murieron en accidentes laborales en Estados Unidos en 2015, lo que representó un incremento de más de 22 por ciento en relación con el año anterior.
El estudio de la AFL-CIO, revela que en total, 903 trabajadores latinos murieron en accidentes laborales en 2015, lo cuál acusa un incremento en el número de incidentes fatales con respecto a los 804 registrados en 2014, se puntualiza también que la mayor parte de esos fallecimienos correspondió a trabajadores inmigrantes, y que se presentaron mayormente en industria de la construcción, en la que con frecuencia se emplean los recién llegados sin experiencia o capacitación alguna en este ramo, así como en el transporte y la agricultura.
Durante décadas los trabajadores latinos han sido los más vulnerables y los que se enfrentan a más riesgos al desempeñar empleos peligrosos, generalmente su situación económica los forza a aceptar trabajos de alto riesgo –ya sea componiendo techos, o asfaltando carreteras-, por un salario bajo, sin conocimiento previo de las tareas que aceptan desempeñar con tal de ser contratados, y se lanzan de un día a otro a realizar una labor para la que no sólo no están capacitados, sino de la que no se les informan los riesgos que corren.
Además de recibir un pago menor al de los otros empleados y desempeñar las tareas más peligrosas, al carecer de seguro médico, en caso de accidente no tienen forma de ser atendidos y enfrentan en muchas ocasiones serios problemas de salud. Todo ésto por falta de seguridad en el trabajo, en ocasiones no se les provee ni con el equipo básico de protección como son botas con punta de acero, o cascos para evitar que en caso de ser golpeados por un objeto duro se ocasione una fractura o que se destrozen los dedos de los pies.
Numerosos estudios académicos y de organizaciones que defienden los derechos de los trabajadores, demuestran que los inmigrantes son víctimas de explotación laboral con mucha frecuencia, y si acuden a alguna instancia para presentar la queja, se enfrentan a represalias que pueden terminar hasta con el despido o no son contratados nuevamente por la empresa.
En el informe “Saldo Mortal: El Costo de la Negligencia” se puntualiza también que como resultado del creciente número de latinos en los centros de trabajo, la tasa de mortalidad laboral de éstos ascendió a 4.0 por cada 100 mil trabajadores en 2015, comparado con 3.7 en 2014.
La tasa de mortalidad para los trabajadores latinos –muchos de ellos inmigrantes– fue 18 por ciento más alta que la tasa general de la población estadounidense, ya que la tasa de mortalidad laboral en el país es de 3.7 por 100 mil habitantes.
Los estados con el mayor número de muertes de latinos en accidentes laborales son Texas, California y Florida con 220, 178 y 78 casos respectivamente.
En California, uno de los estados receptores de inmigrantes por tradición, el número de muertes de trabajadores se incrementó de 130 en 2014 a 178 en 2015. Los latinos representaron el 46 por ciento de los 388 casos de personas que perdieron la vida desempeñando una labor propia del trabajo que realizaban.
En Florida, el mayor número de muertes laborales de latinos correspondió a trabajadores agrícolas con 86 por ciento, comparado con 68 por ciento en California y 58 por ciento en Texas.
Al hacer un análisis del estudio de presentado por la AFL-CIO considerando los casos por industria, nos percatamos que la rama de la construcción fue responsable del mayor número de muertes laborales de latinos en 2015 con 283 del total, seguida por la transportación con 118, y manejo de desechos con un total de 104.
Por su parte, la industria de extractora de petróleo y gas registró un descenso en el caso de trabajadores fallecidos, de 41 en 2014 a 24 en 2015.
Haciendo una estimación del costo de los accidentes laborales, la cifra se sitúa entre 250 mil millones de dólares a 360 mil millones al año, no obstante que muchos accidentes ni siquiera se registran, dada la carencia de seguro médico de los trabajadores.
Sin embargo, esta situación de indefención y fragilidad de los trabajadores de habla hispana no es nueva, la División de Seguridad y Salud Ocupacional de California (Cal-OSHA) publicó un informe en el año 2015, en el que se constata que los latinos tienen la tasa más alta que muertes en los lugares de trabajo, este grupo poblacional junto con los afroamericanos son quienes tienen con más frecuencia accidentes que pueden ser severos y dejarles con alguna secuela física o causarles la muerte.
El estado de California se caracteriza por tener organizaciones que desde los años 60 pugnan por la defensa de los derechos de los trabajadores, los dirigentes de dichos sindicatos coinciden en que los inmigrantes y los afroamericanos están en los lugares de trabajo más peligrosos, y por ende corren mayor riesgo que lesionarse o están mucho más propensos a tener discapacidades como resultado de un accidente laboral.
Otro estudio realizado conjuntamente por investigadores de la Universidad del Sur de California y la Universidad de Boston, encontró también que los latinos tuvieron en 2015 la tasa más alta de muertes en el lugar de trabajo.
Existe una gran necesidad en mayor educación acerca de las normas de seguridad en el trabajo, si bien algunas compañías en su afán de ahorrar recursos financieros pueden descuidar la compra de equipo para sus trabajadores, éstos tienen la conciencia de que deben cuidarse por su propio bien y el de sus familias, en muchas ocasiones adquieren ellos mismos el equipo de seguridad para protegerse, aunque represente un gasto que ellos no deberían hacer.
Saben también que deben exigir sus derechos como trabajadores en cuanto al salario, seguro médico e incluso, asisten a talleres de entrenamiento que ellos mismos buscan para estar más familiarizados con las tareas que desempeñan y de esta manera reducir riesgos de accidentes.
En el desafortunado caso de haber sufrido un accidente, buscan asesoría legal con organizaciones que ofrecen servicios a bajo costo o acuden al consulado de su país.
México tiene en su red consular una sección de protección para apoyar a los connacionales que acudan al solicitarlo.