La cuestión de los Dreamers ha llegado a un punto muerto. Específicamente se ha estancado el tema de los beneficiarios de la Acción Diferida para los Llegados durante la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) -orden ejecutiva emitida por el ex presidente estadounidense y que brinda protección temporal contra la deportación a inmigrantes indocumentados que llegaron siendo menores a los Estados Unidos. La fecha límite del 5 de marzo impuesta por la actual Administración a consecuencia de dar término a DACA, se venció y no pasó nada. La cifra de aproximadamente 896,000 beneficiarios de DACA en los Estados Unidos (mexicanos en un 80%) podría incrementarse a 1.8 millones, si se reabre el programa de Acción Diferida a nuevas solicitudes y más jóvenes son beneficiados.
Este problema es también una oportunidad, ya que involucra a una variedad de actores: el gobierno federal de los Estados Unidos, el Partido Republicano, el Partido Demócrata, países latinoamericanos y México (proporcionando protección y asistencia consular a sus ciudadanos) y, por supuesto, los Dreamers. Esta multiplicidad de jugadores representa una diversidad de intereses que no necesariamente se alinean con los intereses de los Dreamers beneficiarios de DACA, pero ofrecen alternativas de solución.
El gobierno de Estados Unidos determina que a los beneficiarios de DACA, como tales, no se les puede ofrecer un trato preferencial otorgándoles amnistía. Sostiene que los fundamentos de la República se desmoronarán si se ofreciera amnistía a éstos y a todos los Dreamers y no a otras categorías de personas que viven en Estados Unidos con una situación migratoria irregular. La administración estadounidense está dispuesta a ofrecer un camino a la ciudadanía para estos Dreamers como parte de la revisión del sistema de inmigración, incluido el financiamiento de un muro fronterizo en el sur.
El Partido Republicano está viendo el problema principalmente como un problema de intereses e incluyo va en contra de sus posiciones políticas. Han cedido adoptando la posibilidad de regularizar a los jóvenes, a cambio de la construcción del muro en la frontera con México. ¿Por qué ayudar a los Dreamers a convertirse en ciudadanos si la mayoría de ellos van a votar en contra de los republicanos? Es un hecho que la mayoría de los ciudadanos hispanos votan por el Partido Demócrata, aproximadamente en un 70-30%. El Partido Demócrata por su parte, apoya la causa de los Dreamers, pero sus acciones no parecen dar resultados o ser suficientes. ¿Para qué si saben que los Dreamers y sus aliados estadounidenses indiscutiblemente votarán por este partido?
México tiene la red consular más grande del mundo en Estados Unidos pero su espacio de maniobra es muy limitado. La imagen desfavorable de México en este país, las limitaciones de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas y consulares, impide a los diplomáticos mexicanos y de otras naciones también, involucrarse agresivamente con políticas como la del muro y de los Dreamers que afectan directamente a sus ciudadanos, e ir más allá de la asistencia consular y de protección que se ofrece 24 horas / 365 días al año. Además, México está involucrado en complicadas negociaciones del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, en medio de elecciones presidenciales a celebrarse en julio 2018.
¿Y los soñadores, Dreamers beneficarios de DACA? Ellos están atrapados en medio. Se convirtieron en parte del juego político. Ciertamente carecen de liderazgo y una posición coherente en cuanto al “porqué” deberían convertirse en eventuales ciudadanos. Su posición va desde buscar la normalización del estatus migratorio de sus padres hasta ir en contra del financiamiento del muro, en lugar de enfocarse en apoyar alternativas que les beneficiaría con la ciudadanía estadounidense, y que precisamente es la opción que ofrece la administración actual y el partido de mayoría en el congreso. Los Dreamers deben comprender que requieren del acuerdo y la firma del actual presidente de Estados Unidos para dar una solución a su estatus migratorio.
El problema de los Dreamers se ha convertido en un asunto político. Hay un camino claro para ajustar la situación migratoria de los Dreamers. Independientemente de la preferencia de partido, los Dreamers podrían ver por sus propios intereses, organizarse y defenderse, estratégicamente, apoyando a los actores cuyas posturas podrían hacerlo posible.
*Selene Barceló Monroy es miembro del Servicio Exterior Mexicano; la opinión expresada en este texto es estrictamente de su persona y no corresponde ninguna entidad gubernamental.