TSA Staff
Esa gigantesca ola que esta cambiando las sociedades de buena parte del mundo llegó a México. Hablar de equidad de género y violencia sexual en el país de los feminicidios parecería un despropósito, sin embargo, el surgimiento de una poderosa movilización social en torno a la etiqueta MeeToo logró sacudir a buena parte de los círculos de influencia en un país profundamente machista.
Académicos, artistas y periodistas fueron el blanco de una muy bien organizada campaña de denuncias en redes sociales y medios internacionales logró sacudir las buenas conciencias de una sociedad que, en su mayoría, se niega a reconocerse como racista o clasista.
A diferencia del año anterior cuando el tema entró al país como una especie de eco a los escándalos que sacudieron Hollywood y gran parte de Estados Unidos, este 2019 el tema surgió de una serie de denuncias anónimas en las que se ofrecían versiones detalladas de diversos tipos de abusos cometidos por sus presuntos agresores –ellos sí señalados con nombre y apellido–, lo cual provocó nerviosismo en diversos ámbitos de la élite intelectual mexicana.
A pesar del evidente cambio de paradigmas en materia de género y de los indudables avances en algunas regiones del mundo, en América Latina una de las reacciones más comunes hasta este tipo de temas sigue siendo la del avestruz, esto es, enterrar la cabeza en las arenas del ruido mediático cotidiano con la esperanza de que el escándalo se vaya hacia otras latitudes.
A pesar de que es mucho el camino que falta por recorrer –equidad económica, roles sociales no determinados por el género–, la fortaleza de la nueva narrativa feminista –#YoLesCreoaEllas–, el hecho de que en un país como México se comience a perfilar una nueva cultura en las relaciones entre mujeres y hombres, es una buena noticia.