Después de la recesión de 2007-2009, el perfil del inmigrante indocumentado ha cambiado. Ahora son más quienes ocupan los llamados trabajos de cuello blanco –administrativos–, que los de cuello azul –empleos en manufactura.
Mientras llega la implementación de las Órdenes Ejecutivas de abrirán la puerta a la regularización, aunque temporal, a cerca de 5 millones de personas, vale la pena considerar las últimas noticias sobre un tema que los grupos extremistas han utilizado como bandera para ir contra el Presidente Obama.
Por ejemplo, el último informe del Pew Research Center que demuestra que entre 2007 y 2012 el número total de inmigrantes indocumentados no ha aumentado, sino al contrario, paso de 12.2 millones a 11.2. Además de la crisis económica y el endurecimiento de las agencias de seguridad en la frontera, una razón central para explicar este fenómeno es que la migración de mexicanos es ya de tasa negativa. Esto es, son más lo que se van que los que llegan.
De acuerdo al informe del Pew, el mercado laboral indocumentado se ha estabilizado, pero una importante sigue ocupando posiciones mal pagadas, entre otras causas debido a barreras de lenguaje, educación y, por supuesto, su propio estatus migratorio.
Según Jeffrey Passel, el demografo estelar de dicho centro de estudios, el mercado laboral indocumentado ha respondido a las necesidades y nuevas tendencias de la propia economía del país.
En Estados Unidos unas 150 millones de personas tienen un trabajo formal, pero hay una tendencia creciente de relaciones laborales temporales, por contrato o de medio tiempo –algunos estudios dicen que cerca del 40 por ciento de los trabajadores funcionarán con estos esquemas al final de esta década.
Passel enfatizó que más del 60 por ciento de los trabajadores indocumentados han trabajado en este país por 10 años o más. Los sectores donde su presencia es más importante siguen siendo la agricultura, la construcción y los servicios en la industria de la hospitalidad.