Michel Olguín Lacunza / Diana Rojas
Siempre que saco a pasear a mi perro observo que le gusta montar a otros machos, y también lo hace con el gato que tenemos en casa, incluso realiza movimientos como si estuviera copulando; creo que es gay, dice Carlos, dueño de un schnauzer.
En relación con la sexualidad de nuestras mascotas hay una gran variedad de mitos, así que para conocer la realidad UNAM Global charló con Fausto Reyes Delgado, director de Comunicación de Educación Continua del Hospital Veterinario UNAM Banfield, quien nos resolvió las dudas sobre cinco mitos.
- Las perras y gatas no menstrúan: El ciclo menstrual sólo se presenta en primates y humanos. En cambio, en perras y gatas ocurre el ciclo estral, que es totalmente distinto porque el sangrado ocurre después de la ovulación y cuando no se llevó a cabo la fertilización.
El ciclo se divide en cuatro fases:
- a) Proestro: hay un aumento en las hormonas que favorecen la ovulación.
- b) Estro: en esta fase los estrógenos están en su nivel más alto, se lleva a cabo la ovulación y las hembras son receptivas al macho para ser fecundadas.
- c) Interestro: el organismo se adapta o modifica para la gestación, ya sea que la hembra quede preñada o no.
- d) Anestro:es la fase de reposo sexual, es decir, no hay actividad ovárica hormonal.
Entre los mitos relacionados con las perras destaca que en el noveno día del sangrado son receptivas y que con seguridad se puede llevar la reproducción, pero esto es completamente falso.
- Mi perro es gay porque monta a otros machos: Cuando un perro monta a otros machos, y en algunos casos realiza movimientos como si estuviera copulando, no significa que sea gay. De hecho, los canes realizan esta acción cuando buscan dominancia. Es decir, el alfa monta a los demás para mantenerlos controlados.
Sin embargo, hay otra razón relacionada con los niveles de los estrógenos. Cuando esta hormona femenina aumenta, la hembra busca montar a otras hembras porque se acerca al periodo reproductivo.
En los machos también hay algunas enfermedades hormonales. Por ejemplo, cuando surgen tumores testiculares o algunos defectos hormonales el ejemplar produce una mayor cantidad de estrógenos por lo que comporta como una hembra. En algunos casos, su glándula mamaria produce leche.
Ese ejemplar, que físicamente es un macho, hormonalmente se comporta como hembra y tiene el olor de las feromonas femeninas, por esa razón otros machos buscan montarlo. “Esto no indica que en nuestras mascotas haya un homosexualismo o lesbianismo, más bien son situaciones de tipo hormonal que son menos comunes”.
- Antes de esterilizarlas, perras y gatas deben presentar un celo o tener al menos una camada. Esta idea es completamente falsa. Lo recomendable es esterilizarlas entre los cuatro y seis meses de edad porque entre más esperemos las perras corren el riesgo de presentar tumores de glándula mamaria o infecciones en el útero con consecuencias muy graves.
En el caso de las felinas, el riesgo de un tumor es mucho menor porque no ovulan, a menos que tengan contacto con un macho.
La consecuencia de no esterilizar a nuestras mascotas es tener una gran cantidad de crías que terminan abandonadas, atropelladas, golpeadas, pateadas o extraviadas.
- Si un perro es agresivo se le quitará al esterilizarlo. Un ejemplar es agresivo por la influencia de su dueño. De hecho, se han moldeado a partir de su entorno y por culpa de su tutor que nunca corrigió su conducta o incluso la fomentó.
- Una perra debe tener solo cuatro cachorros para mantenerla en buena forma. Para empezar, no se puede controlar la cantidad de crías que tenga una hembra, sobre todo en algunas razas que llegan a tener hasta diez o quince crías.
Los criadores de razas son quienes propagan este mito y son capaces incluso hasta de dar eutanasia a los demás cachorritos con tal de “mantener en buenas condiciones” a la mamá. La cantidad de crías que tenga una hembra no está relacionada con su buen mantenimiento.
Además, mencionan que darle avena a la perra hará que produzca mayor cantidad de leche, pero es falso. Debe ingerir lo recomendado por el médico veterinario que seguramente le dará la suficiente energía para mantener su producción láctea para que los cachorros se desarrollen sin problemas.